Más de una vez nos han dicho que tomar unos vasos de agua antes de comer, hace que comamos menos y de esta forma nos ayuda a adelgazar. Pero de esta «creencia popular» a la justificación científica quedaba un gran trecho por recorrer.
Parece ser que ya tenemos la demostración empírica, donde se demuestra que esta afirmación es cierta. Científicos americanos han realizado un ensayo clínico que ha sido presentado en el congreso de la Sociedad Química Americana, donde afirman que el consumo de agua antes de las comidas contribuye a la pérdida de peso.
La explicación que dan, es la que el sentido común ya nos decía. Al tomar agua antes de las comidas el estómago se llena, desapareciendo antes la sensación de hambre y disminuyendo el apetito.
Tambien recuerdan que es mejor tomarse dos vasos de agua, antes que cualquier refresco, ya que estos últimos suelen tener un alto contenido en azucares, aportándote calorías extras innecesarias.
Por tanto, a partir de ahora, estaría bien incluir en nuestros hábitos de comidas dos vasos de agua antes de cada comida, que además de disminuir el apetito, contribuye a la hidratación del cuerpo.
Es un truco viejo pero efectivo y eso parece comprobarlo una reciente investigación que muestra el poder de beber agua antes de las comidas para adelgazar más sin pasar hambre. Los líquidos distienden el estómago y si ellos no aportan calorías, comeremos menos alimentos después.
Dos grupos de personas fueron evaluadas y uno de ellos bebía dos vasos de agua antes de las comidas mientras que el otro grupo no lo hacía. El primer grupo consumía hasta 90 calorías menos por comida, lo cual equivale a unas 360 calorías menos si lo aplicamos a 4 comidas diarias y si consideramos que con un déficit de 500 calorías diarias ya podemos perder peso, el aporte de beber agua antes de comer no es menor.
En 12 semanas, la diferencia de pérdida de peso fue de 2 kilos, siendo mayor en el grupo que consumía agua antes de las comidas.
Por supuesto, el estudio fue elaborado con ingesta de agua, insípida y sin calorías, pero si pensamos en que el efecto del agua es mecánico, es decir, distiende el estómago y por eso nos sentimos “llenos” antes de comer, también podríamos recurrir a otros líquidos sin calorías o quizá, el agua con gas que distiende más por ser gasificada.
Es un truco poco novedoso pero al parecer, efectivo. Además, si bebemos agua antes de las comidas, no tenemos nada que perder, sólo ganamos en la posibilidad de adelgazar más y en cubrir las necesidades de líquidos del organismo.