Es muy común que las personas asocien una dieta de bajas calorías con una dieta sana. Esto es porque se asocia a la dieta sana con la dieta para perder peso. Es cierto que los alimentos con mayor cantidad de grasas son altamente calóricos y probablemente traigan consigo un aumento de peso.
Pero hay que tener cuidado a la hora de elegir una dieta en base a conceptos que no son totalmente ciertos. Entonces, ¿qué debemos tener en cuenta al elegir nuestras comidas? Intentaremos responder cómo funcionan las calorías para así establecer cuáles son los mitos y verdades de las calorías.
¿Qué son las calorías?
Una caloría es una medida energética. En términos biológicos, las calorías son unidades de energía que nuestro cuerpo utiliza y obtiene a partir de los alimentos que ingiere. Nuestro organismo necesita de energía para llevar a cabo todas sus funciones, desde la más básica hasta la más compleja. Un déficit calórico traería problemas de salud, como la descomposición muscular, la cual puede incluso llegar a comprometer órganos vitales.
¿Cuántas calorías son necesarias?
Antes de comenzar cualquier dieta, lo primero que tenemos que hacer es conocernos a nosotros mismos. No podemos elaborar un régimen alimenticio en base a calorías si ni siquiera conocemos nuestras propias necesidades calóricas. Es claro que una persona que realiza mucha actividad física requiere de más calorías que una persona que no. Es por eso que debemos comenzar por establecer qué clase de dieta requerimos para llevar a cabo nuestro estilo de vida.
¿Las calorías son todas iguales?
Comencemos por aclarar que hay distintos tipos de calorías. Esto quiere decir que no todas las calorías son iguales independientemente del alimento de donde provengan. Por ejemplo, si hemos establecido que una porción de comida chatarra tiene la misma cantidad de calorías que un plato de arroz con verduras, tenemos la tendencia a creer que da lo mismo comer una cosa o la otra. Esto es un error.
Para empezar, por el hecho de que las comidas son mucho más que las calorías que contienen. Está claro que no podemos reemplazar en nuestro almuerzo ese plato de arroz con verduras por un pastel de crema porque, pese a que tengan la misma cantidad de calorías, no tienen el mismo aporte de proteínas, vitaminas y minerales.
El reto es, entonces, cambiar nuestra mentalidad y buscar obtener todos los nutrientes que nuestro cuerpo requiere y no elegir nuestros alimentos en base a un único criterio. De poco sirve estar buscando una dieta de 1200 calorías, e incluso hay quienes creen que contar calorías no funciona.
Poco a poco nos vamos dando cuenta de que lo que importa no es tanto la cantidad como la calidad. Con una alimentación variada incluso podemos olvidarnos del asunto de las calorías y empezar a concentrarnos en el aporte nutricional de nuestras comidas. Esto nos ayudará a llevar una vida verdaderamente sana y feliz, porque ¿quién quiere vivir padeciendo hambre constantemente?
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