Se llama pasteurización de la leche, al proceso más eficaz y sencillo para asegurarnos de eliminar de la leche todos los microorganismos con los que -por distintos motivos- pudiera estar contaminada. Acerca del mismo, sobrevuelan muchos mitos y muchas verdades. Te propongo aprender más al respecto…
Un poco de historia
El método fue desarrollado por primera vez, por Louis Pasteur en 1864, con el objetivo de encontrar un proceso que destruyera los microorganismos nocivos responsables de enfermedades como listeriosis, fiebre tifoidea, la tuberculosis, la difteria y brucelosis.
Las investigaciones muestran que luego de sometida a pasteurización, la leche no pasteurizada no evidencia ninguna diferencia significativa en los valores nutricionales respecto a la leche pasteurizada.
Ahora bien: la leche pasteurizada contiene bajos niveles del tipo de bacterias no patógenas que pueden causar deterioro de los alimentos, por lo que el almacenamiento de la leche pasteurizada en el refrigerador sigue siendo importante.
¿Cuáles son los mitos más difundidos?
- Mito No. 1: la pasteurización de la leche NO provoca intolerancia a la lactosa ni reacciones alérgicas. Error: tanto la leche cruda como la leche pasteurizada pueden causar reacciones alérgicas en personas sensibles a las proteínas de la leche.
- Mito No. 2: la pasteurización reduce el valor nutricional de la leche. Error. no es así como mencionamos antes.
- Mito No.3: la pasteurización significa es seguro dejar la leche fuera del refrigerador por más tiempo. Error: debe tenerse el mismo cuidado con una que con otra.
La leche es un alimento tan rico en términos de nutrición y a la vez tan universalizado y económico que todo lo que se pueda aprender sobre ella es más que bienvenido. En el próximo post dedicado a este tema, veremos cuáles son las enfermedades más comunes vinculadas al consumo de leche en mal estado.