Darle meriendas saludables a nuestros niños es importante para asegurar su crecimiento. Además, una buena alimentación los previene de contraer enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes, presión alta y obesidad. Las meriendas pueden contribuir positiva o negativamente a la dieta de nuestros hijos. Veamos entonces cómo podemos preparar una merienda saludable para niños. Así podrán disfrutarla en la escuela, en el club o en nuestro propio hogar.
Frutas y vegetales: La mayor parte de los snacks saludables deben ser frutas o verduras. Opta por aquellas que elijan los niños y a su vez intenta ir sumando nuevos sabores. Puedes servir las frutas enteras, cortadas a la mitad, en cubos o en cuñas. También puedes integrarlas a la dieta a través de purés, ensaladas de frutas, paletas heladas y batidos caseros. Las verduras, por otra parte, pueden servirse con salsas deliciosas como el hummus o los condimentos para ensalada.
Por eso mismo, hoy os vamos a facilitar unos consejos para aseguraros que vuestros pequeños disfruten de una merienda equilibrada:
- Para empezar, lo primero que hay que saber es que los niños necesitan un reparto uniforme de los nutrientes en función de sus actividades diarias. Precisamente por ser niños, no tienen todavía un sistema digestivo preparado para aguantar muchas horas sin comer. Por eso hay que evitar largos intervalos de tiempo sin ingerir ningún tipo de alimento, eso podría acabar afectando a su capacidad de concentración y resistencia.
- En este sentido, la merienda supone una transición perfecta entre comida y cena que, sobre todo en los niños que realizan actividades físicas, acaba siendo de gran importancia.
- Para terminar, ¡es importante que la merienda no afecte la siguiente ingesta! Es decir, se recomienda tomarla varias horas antes de la cena para que no le quite el hambre.
La merienda puede contener grupos de alimentos como lácteos (leche, yoghourt, etc.), fruta y/o cereales. Hay que ver la merienda como una oportunidad para que los niños completen las raciones diarias de lácteos y de frutas recomendadas.
Convine evitar los alimentos excesivamente calóricos. Dulces y bollería se han de tomar con moderación, ya que consumidos en exceso pueden contribuir al sobrepeso.
- Barras de cereal
Son una fantástica alternativa a un caramelo. Hay muchísimas opciones en los supermercados. Escoge una que sea fácil de masticar, acorde con la edad de tu hijo, con bajo contenido en azúcar y una buena ración de fibra. Las barras de cereal son dulces y crujientes y le proporcionan a tu hijo fibra, vitaminas y minerales.
- Barras de fruta
Las barritas de higo son bajas en grasa y proporcionan fibra y potasio. También hay galletas de avena o galletas con pasas que tienen poco contenido en grasa y mucha nutrición.
- Barras de fruta congelada
Lo mejor de esta deliciosa merienda es que contiene trozos de auténtica fruta, como naranja, piña, durazo (melocotón) y plátano. Son un gran refresco sin grasa para el verano y muy fáciles de hacer en casa, si no las quieres comprar en el supermercado.
- Uvas pasas
Están cargadas de antioxidantes y de hidratos de carbono, por lo que son una fuente inmediata de energía. Las pasas también tienen alto contenido de fibra y hierro. Además, a los niños les encantan esas cajitas individuales. Sin embargo, ten mucho cuidado si tu hijo todavía está cerca del año porque es fácil atragantarse con las uvas pasas. No se las des si tu niño todavía come con dificultad.
- Jugo de frutas
Asegúrate de que sea 100 por cien de fruta, sin azúcar añadido, y le estarás dando a tu hijo los nutrientes de las frutas en un vaso refrescante.
- Licuados o batidos de frutas
Licúa un plátano, añádele un chorrito de jugo de fruta y un poco de fruta y tendrás un batido muy nutritivo. Puedes añadir yogur para obtener más proteínas y calcio. Para una mejor consistencia, congela la fruta antes o usa yogur congelado.