Existen tres tipos de vitamina K. Estos son la vitamina K1, K2 y K3, las primeras dos son producidas por nuestro organismo en el tracto intestinal y la K3 es una vitamina sintética. Se administra vitamina K3 a pacientes con deficiencias biliares.
La vitamina K tiene varias funciones en nuestro cuerpo; juegan un rol protagónico en la coagulación de la sangre y es indispensable para el correcto funcionamiento del hígado.
La importancia de las vitaminas K para la salud es mucha. Son una fuente de vitalidad y de longevidad. Por eso es importante no tener una carencia de esta vitamina nunca.
Desde siempre se ha conocido a la vitamina K como uno de los principales componentes queinterviene en la coagulación de la sangre, participa en la síntesis hepática de varias proteínascontroladoras de la coagulación sanguínea, concretamente en la protrombina en la que la vitamina K se encuentra en altos niveles.
Pero no solamente la vitamina K tiene esta función coagulante. Estudios recientes han demostrado que la vitamina K interviene en el metabolismo óseo, pues la osteocalcina, una proteína primordial de la matriz ósea, requiere de esta vitamina para su consolidación.
Una falta de esta vitamina en nuestro organismo puede tener graves consecuencias en nuestros huesos, y es que numerosos estudios han demostrado que la falta de la vitamina K en nuestra dieta tiene un efecto nocivo para los huesos provocando la debilidad de los mismos que puede derivar en osteoporosis, fracturas, dolores óseos…
La vitamina K es junto a la A, D y E totalmente liposoluble, es decir, necesita ir acompañada de grasas para poder ser asimilada por nuestro organismo. La podemos obtener a través de alimentos ricos en esta vitamina o a través de la síntesis que las bacterias intestinales hacen de este compuesto.
Existen tres variantes de esta vitamina. La K1 o filoquinona que se encuentra en las plantas, concretamente en hortalizas de hoja de color verde como la acelga, las espinacas, la lechuga… y en menor proporción se encuentra en los cereales integrales. La vitamina K2, que se conoce como menaquinona se sintetiza por las bacterias del intestino. La K3 llamada menadiona es la única que se obtiene de forma artificial mediante el uso de suplementos que la contengan.
¿Qué pasa cuando falta?
Lo cierto es que el organismo necesita cantidades muy pequeñas de vitamina K, por lo que resulta difícil detectar su carencia. La carencia de vitamina K puede ser señal de desórdenes orgánicos que impidan su síntesis correcta, como la falta de bilis u otros trastornos gastrointestinales. También el exceso de aceites minerales, anticoagulantes y aspirinas puede provocar su carencia.
La consecuencia directa de una carencia prolongada de vitamina K es la muerte de la fauna bacteriana del intestino. Esto, a su vez, conlleva hemorragias intestinales, aparición de sangre en la orina, hematomas sin explicación aparente, rotura de vasos capilares, abortos espontáneos, hemorragias de nariz o encías y diarrea.
Donde encontrarla
Los expertos estadounidenses recomiendan una ingesta diaria de entre 70 y 140 miligramos de vitamina K. Sin embargo, aún no hay estudios fiables en España que determinen si es necesario algún suplemento, dado que la vitamina K está muy presente en la dieta habitual. En todo caso, a título orientativo, he aquí una tabla de contenido en vitamina K por cada 100 gr.
Alimentos vegetales
- Col fermentada (chucrut): 1540 mgr.
- Aceite de girasol virgen: 500 mgr.
- Espinacas: 350 mgr.
- Coliflor: 300 mgr.
- Lechuga: 200 mgr.
- Harina de soja : 190 mgr.
Alimentos animales
- Corazón de pollo: 720 mgr.
- Hígado de bacalao: 100 mgr.
- Queso: 50 mgr.
- Huevo: 45 mgr.
Su Importancia
La vitamina K, como el resto, resulta imprescindible para el correcto funcionamiento del organismo. Sin embargo, su variedad sintética, la K3, usada en medicina, puede conllevar algunos peligros que hay que tener en cuenta. Por lo que respecta a su uso médico la vitamina K suele presentarse bajo dos formas distintas, conocidas como fitomenadiona y menadiona.
Estos medicamentos se utilizan en el tratamiento de las hemorragias por deficiencia de vitamina K y en el tratamiento de las hemorragias causadas por ciertos tipos de medicamentos. A la hora de su uso, conviene tener en cuenta algunos factores de peligro, como son:
Alergias: si ha presentado alergia a la vitamina K o, a cualesquiera otras sustancias, tales como alimentos, preservativos o colorantes.
Importancia de la dieta: la vitamina K se encuentra en varios alimentos, tales como vegetales de hojas verdes y carne. Siguiendo una dieta equilibrada que contenga estos alimentos, se recibe toda la vitamina K que se necesita. Sólo debe utilizar vitamina K cuando lo indique el médico después de que haya quedado totalmente claro la necesidad de una fuente extra de la misma.
Embarazo el uso de vitamina K no ha demostrado ser seguro durante el embarazo, e incluso se han dado casos frecuentes de reacciones tóxicas en el feto. En las embarazadas, la vitamina K sólo debe ser empleada cuando sea absolutamente necesaria y bajo estricta vigilancia médica. También debe tenerse especial cuidado durante la lactancia y en su uso con niños.