En varias ocasiones hemos hablado de como mente y cuerpo se encuentran unidos, por tanto se influencian mutuamente. Específicamente en el ejercicio esta relación es aún más significativa. Esto se debe a que la gran mayoría de nosotros, mediante la práctica de ejercicio generamos una hormona conocida como endorfinas. Esta es la encargada de nuestros estados de felicidad y ánimo, debido a esto, siempre que entrenamos nos encontramos más felices. Sin embargo, por lo general no reparamos en la importancia que tiene acudir con predisposición a entrenar para rendir más.
Es normal que cuando salimos de trabajar o estudiar nos encontremos con el ánimo por el suelo, algo que hace que nuestra energía se encuentre al mínimo. Este estado de ánimo también cumple un papel fundamental cuando nos disponemos a realizar alguna actividad deportiva. Aunque nos alimentemos correctamente y tengamos al disponibilidad física, si no estamos preparados mentalmente no lograremos beneficiarnos al máximo de lo que el ejercicio nos aporta.
El acudir faltos de ánimo al gimnasio hace que los resultados que obtengamos del entrenamiento no sean del todo buenos, ya que, funcionaremos mucho más lento, sin apenas energía y sin ganas de hacer los ejercicios. Por otro lado, el acudir al gimnasio con un pensamiento positivo nos ayudará a sacar energías de donde no las hay y rendir mucho más.
Es cierto que la sugestión es esencial en nuestra vida, y lo mismo sucede en el deporte, ya quedebemos creernos los más fuertes y los mejores para poder rendir más. Acudir a entrenar con un pensamiento positivo nos ayudará a sacar energías de donde no las hay, ya que si por el contrario pensamos que no podemos hacer algo concreto, que no podemos levantar un peso o alcanzar una meta, nunca lo conseguiremos. Todos estamos de acuerdo en que es importante tener una musculatura potente, pero si a esta musculatura no le añadimos ánimo, no conseguiremos seguir avanzando.
El pensamiento tiene un efecto inmediato en nuestra respuesta física, y por ello tener una buena predisposición frente al ejercicio nos ayudará a rendir mucho más, ya que el efecto de un estado de ánimo bueno es sentirnos rebosantes de energía y buenas vibraciones para realizar una actividad deportiva concreta.
Por tanto, no olvidemos que el pensamiento tiene un efecto inmediato en nuestra respuesta física, es por esto que resulta esencial mantener una predisposición fuerte a la hora de hacer ejercicio.