La finalidad de los ejercicios de pilates son mejorar la postura y fortalecer y tonificar los músculos sin la utilización de pesas. El secreto es la combinación de la fuerza, flexibilidad, respiración y relajamiento. Tienes ejercicios de pilates para embarazadas que son muy beneficiosos para este período de la vida de la mujer.
Los ejercicios de pilates pueden ser realizados en máquinas especiales o sobre el piso, y son muy buenos porque dadas las características de los ejercicios en pocas repeticiones concentran las movimientos de los músculos del abdomen y de la pelvis.
Los ejercicios de pilates para embarazadas son muy beneficiosos en la prevención de incontinencia urinaria ya que trabajan directamente sobre los músculos de la pelvis y el abdomen.
Favorece la resistencia, reduce la falta de aliento durante el embarazo y propicia una rápida recuperación pos natal.
El balón como elemento complementario de la técnica Pilates actúa como excelente instrumento para reforzar los elementos esenciales del método:
- Estabilización
- Equilibrio
- Control del núcleo del cuerpo
- Suave peso añadido en algunos ejercicios.
- Superficie que facilita la amplitud de movimiento y estiramiento.
Debido a que el método Pilates se enfoca en los músculos de la pared abdominal y de la pelvis, que pueden debilitarse durante el embarazo, este método puede serte muy útil durante el embarazo. Muchos de los ejercicios del método Pilates se realizan en la posición de rodillas y con las manos en el suelo, una posición que se considera ideal durante el embarazo, porque te ayuda a eliminar tensión de la espalda y de la pelvis y porque, al final del embarazo, te puede ayudar a hacer que tu bebé adopte la posición ideal para nacer.
¿Es seguro practicar el método Pilates durante el embarazo?
Antes de realizar los ejercicios del método Pilates, es importante que te asegures de que puedes realizar contracciones fuertes con el suelo pélvico apretando estos músculos (si te cuesta reconocer los músculos, prueba lo siguiente: siéntate a orinar en el inodoro y detén la orina; después déjala correr de nuevo. Los músculos que aprietas y relajas para controlar el fluir de tu orina forman parte del suelo pélvico). Si no puedes mantener el «núcleo estable» contrayendo los músculos del suelo pélvico y los músculos inferiores de la pared abdominal, entonces puede que pongas demasiada presión en tus articulaciones y ligamentos durante los ejercicios.
Prueba los siguientes ejercicios para ver cuál es la estabilidad de tu núcleo:
• Pon las rodillas y las manos en el suelo y nivela tu espalda para que esté recta.
• Toma aire, y cuando dejes salir el aire, haz un ejercicio de suelo pélvico (también llamado ejercicio de Kegel) al mismo tiempo que contraes tu ombligo hacia dentro y hacia arriba. Intenta mantener esta contracción durante 10 segundos, sin mover la espalda, mientras aguantas la respiración. Relaja los músculos lentamente al final del ejercicio.
Si puedes realizar este ejercicio con facilidad y repetirlo 10 veces, entonces tus músculos del suelo pélvico y músculos inferiores de tu pared abdominal, están trabajando bien. Este ejercicio es seguro en cualquier etapa de tu embarazo.
Es posible que aunque estos ejercicios te parezcan fáciles, durante el embarazo sientas que las clases normales de Pilates van demasiado rápidas para ti. Incluso si tienes mucha experiencia con el método Pilates, quizás no puedas contraer tus músculos pélvicos y de la pared abdominal tan bien como antes.
Algunas de las posiciones para practicar estos ejercicios, especialmente las de tumbarte sobre el estómago o sobre la espalda, no son apropiadas a partir de la mitad del embarazo. Si quieres asistir a una clase de Pilates durante el embarazo, lo más aconsejable es que encuentres una diseñada para mujeres embarazadas.