Como bien sabemos, consumir proteínas no sólo es una muy buena idea: es imprescindible para nuestro crecimiento, desarrollo y supervivencia. No podemos vivir sin ellas y el organismo acusa de inmediato su ausencia en nuestra dieta.
Eso sí, es un hecho que no sólo hemos de consumirlas con la frecuencia y cantidad necesarias…, si logramos además consumir las de mejor calidad, estaremos contribuyendo a una mejor salud y -en algunos casos- a no comprometer algunos valores complejos, tales como el colestrol malo, o el ácido úrico, por mencionar sólo dos de ellos.
El reto es… ¿cómo consumir proteinas de calidad?
Empieza con una opción magra: los cortes más magros de carne de res son filetes y asados ??(ojo redondo redondo, superior, de fondo redondo, de punta redonda), lomo, solomillo superior entre otros. Ten en cuenta que en diferentes países, los cortes se conocen con diferentes nombres por lo que es muy buena asesorarte con tu proveedor al respecto.
Las opciones más magras de cerdo incluyen lomo de cerdo, lomo, lomo de centro y el jamón. En general, elige carne molida extra magra. La etiqueta debe decir por lo menos “90% magra.” En algunas tiendas hallarás carne molida de res que es del 93% o 95% magra.
No son éstas las únicas opciones de consumir proteínas sanas en general y carnes magras en particular. En nuestro próximo post dedicado a este tema amplío al respecto.
La soya
La soja o soya es un alimento originario de China, Japón y Corea. Y a comienzos del siglo XX (en la década del 20), occidente descubrió que podía utilizarse para la elaboración de quesos, y la harina se empezó a utilizar ampliamente en Europa y los Estados Unidos, como una fuente económica de proteínas. Durante las dos guerras mundiales, se recurrió a este cereal para poder compensar la escasez de carnes.
La proteína de soja contiene los ocho aminoácidos esenciales y es altamente digestiva.
Las tierras cultivadas con soya producen diez veces más cantidad de proteína por hectárea que la leche, y hasta casi treinta veces más si se las utilizan para la cría de ganado.
La soja contiene proteína de mejor calidad que la de origen animal; y los dos productos básicos que se obtienen son harina y aceite. La proteína de soja contiene los ocho aminoácidos esenciales, necesarios para el crecimiento humano – excepto durante la infancia – y es altamente digestiva.
El aprovechamiento de la soja aumenta considerablemente cuando se somete la leguminosa a tratamientos como inmersión, molido y extracción de la proteína por medio de agua caliente. Y resulta menor cuando se cocina mediante vapor o tostado. Por eso, la riqueza proteica del tofu o queso de soja.
Otros alimentos ricos en proteínas son: quinoa, amaranto, trigo sarraceno, semillas de cáñamo, espirulina, cacahuates o maní, lentejas, garbanzos, almendras y pistachos.
Es importante recordar que el consumo excesivo de proteínas animales está vinculado a enfermedades tan graves como el cáncer, a enfermedades cardiovasculares. Un ejemplo de ello es la leche, que debido a la proteína caseína, presente en ella, quita calcio a nuestros huesos.