Dar la lección oral frente a todos tus compañeros de clase era una de tus peores pesadillas en aquellos años escolares. Hoy sientes que todavía te tiembla el cuerpo y te sudan las manos cada vez que, por extrema obligación, tienes que hablar en público. Tampoco puedes escapar de los nervios cada vez que tienes una cita romántica y concluyes que todo encuentro termina en fracaso porque no puedes ocultar tu timidez?
Encontrar personas tímidas no es nada raro. Sin embargo, un tímido vive su condición como una gran presión que dificulta su relacionamiento con los demás y perjudica su propia autoestima. Si te encuentras en una situación así, te recomendamos algunos tips que te enseñarán cómo combatir la timidez y aprender a desenvolverte más suelto como deseas.
Entiende lo que te sucede. Antes de comenzar, trata de identificar cómo se manifiesta la timidez en tu vida. ¿Cuando tienes que hablar con mucha gente? ¿Cuando te sientes el centro de atención? Tú eres el único que puede responder esas preguntas.
Toma conciencia de tí mismo. A menudo, las personas tímidas también suelen ser perseguidas y hasta paranoicas. No tengas miedo de expresarte: ¡el mundo no te está mirando a ti! En lugar de pensar en cómo te verán, piensa en cómo te ves tú.
Encuentra tus puntos fuertes. Todos tenemos nuestras fortalezas y nuestra manera de expresarlas. Si todos fueramos iguales, la vida sería un aburrimiento. Identificar nuestros puntos positivos y animarnos a mostrarlas es una manera de subirnos la autoestima.
Aprende a gustarte a tí mismo. Piensa en ti y haz lo que más te gusta: lee un libro, haz ejercicio, un paseo o cualquier otra cosa que sabes disfrutarás. Para sentirnos cómodos frente a los demás, primero debemos sentirnos cómodos con nosotros mismos.
No busques conformar a todos. Lo importante es sentirnos bien con nosotros mismos. Tratar de conformar a todo el mundo es agotador además de que resultará en vano. Todos tenemos nuestra forma de ser y está bien ser diferentes. Tampoco está mal aprender de las cosas buenas de los demás.
Relájate. Combatir la timidez no debe volverte más tímido de lo que eres. ¡No tienes por qué sentirlo como una presión! Respira profundamente y elimina todo tipo de pensamientos negativos. Te recomendamos incursionar en el yoga, una actividad que te ayudará muchísimo tanto en lo físico como en lo emocional. También practicar ejercicio es una forma de sentirnos mejor con nosotros mismos, desenchufarnos de los problemas y renovar nuestra mente.
Visualízate. Visualízate como una persona segura: siéntate, cierra los ojos, escucha música de relax e imagina una determinada situación de la manera que a tí te gustaría ser. ¿Qué es lo que estás haciendo? ¿Cómo? Imaginar una situación con todos nuestros sentidos nos ayudará a controlarla mejor cuando se haga realidad.
Afírmate. No te haces una idea lo beneficioso que resulta decirnos y repetirnos a nosotros mismos que somos capaces. Mantén una actitud positiva y con buena energía verás que todo es posible.
- Es siempre importante concentrarse en las personas que tenemos en frente y no pensar mucho lo que debemos decir o sentirnos inhibidos por nuestra apariencia física.
- Siempre intenta evitar pensamientos negativos que no conducen a ningún lado, no debes sentir que no estás a la altura de la circunstancia, es preferible que si cometes un error estés consciente e intentes corregirlo.
- Repite siempre para ti mismo frases positivas, como ser, ?Tengo claro mis objetivos, se que puedo, estoy dispuesta a lograrlo?.
- Jamás tengas miedo de tus emociones, si sientes que te ruboriza, te tiemblan las piernas, comunícaselo, transmitiendoselo a alguien que tengas en frente, esto ayudará a que te sientas aliviado y disminuya la tensión, además que la persona valorará mucho más su sinceridad y su valor para continuar hacia su meta.
- La respiración también es importante, necesariamente debe realizarse por la nariz, con calma y de forma rítmica, esto ayuda a controlar mucho mejor las situaciones que lo invaden negativamente.
- Pónte a prueba, píde a tus amigos que te ayuden antes de someterse a una situación que te asusta demasiado, y de esta forma conseguirá afrontar mucho mejor cualquier tipo de dificultades.