El yoga nidra es una técnica del yoga de relajación. Básicamente se trata de la observación de los pensamientos lo cual se traduce en una mejor calidad de vida y puede ser usada como terapia alternativa para muchos problemas de salud, sobre todo de tipo emocional o psicológico.
A continuación traemos algunos ejercicios de yoga nidra. La respiración es muy importante y se debe intentar relajarse lo más posible pero sin dejar de prestar atención a las sensaciones que se suceden en nuestras mentes.
Se adopta una postura de meditación, puede ser sentado en el piso con las piernas cruzadas, acostados o en cualquier posición que resulte cómoda. Se debe permanecer inmóvil durante todo el tiempo que dure el ejercicio. El primer paso es relajarse todo lo que se pueda, cerramos los ojos y realizamos una respiración pausada y profunda. Con mucha atención y serenidad observamos los pensamientos que van surgiendo en nuestra mente, intentando no pensar en nada.
Es muy recomendable para quien busca:
- Apaciguar la mente, reducir el estrés y elevar el ánimo.
- Encontrar soluciones en los momentos de conflicto.
- Poner en marcha decisiones y objetivos.
- Estimular la voluntad personal y la autoestima.
- Evolucionar y encontrar su camino.
- Equilibrarse y adaptarse emocional o fisiológicamente en momentos de transición en: crisis personales, en el embarazo, en la menopausia, en el duelo.
- Aliviar molestias en casos de fatiga crónica, fibromialgia, insomnio, hipertensión, etc.
Beneficios inherentes a la práctica:
- Profunda relajación esqueleto-muscular, eliminación de bloqueos y dolores físicos.
- Equilibrio del sistema nervioso y aumento de la producción de endorfinas, las hormonas de la felicidad, y por otro lado bajan los niveles de inmunodepresores, noradrenalina y cortisol.
- Reducción del ritmo de nuestras ondas cerebrales y armonización de los dos hemisferios.
- Sanación del estrés, depresiones, ansiedad, insomnio, cefalea, fibromialgia, fatiga crónica, hipertensión…
- Una hora de práctica equivale a cuatro horas de sueño natural.
- Desarrollo y utilización de la mente no analítica para fines de crecimiento personal.
- Reprogramación mental y propuesta de objetivos.
- Incremento de las capacidades de aprendizaje, memoria, intuición, creatividad.
- Manifestación espontánea de nuestro potencial interno y nuestros recursos.
- “Limpieza” del subconsciente y de memorias limitantes.
- Lucidez para afrontar situaciones conflictivas.
- Estados meditativos profundos.
- Expansión de estados alterados de la mente .
- Armonización integral.
Tomar conciencia de la respiración. Siente el cuerpo respirando por sí mismo. Observa el flujo natural de aire en la nariz, la garganta, y la caja torácica, así como el ascenso y descenso del abdomen con cada respiración. Sentir cada respiración que fluye la energía que corre a lo largo de todo su cuerpo.
Analiza tu cuerpo. Mueve gradualmente tu conciencia a través de tu cuerpo. Siente la mandíbula, la boca, las orejas, la nariz y los ojos. Siente tu frente, cuero cabelludo, cuello, y el interior de la garganta. Escanear su atención a través de su brazo izquierdo y la mano izquierda, el brazo derecho y la mano derecha, y luego ambos brazos y manos al mismo tiempo. Sentir su torso, la pelvis y el sacro. Experimenta la sensación en su cadera izquierda, la pierna y el pie y, a continuación, en su cadera derecha, la pierna y el pie. Siente todo tu cuerpo como un campo de sensación radiante.
Bienvenido/a a sus sentimientos. Sin juzgar o tratar de cambiar cualquier cosa, recibe las sensaciones (tales como pesadez, tensión o calor) y emociones (como la tristeza, ira o preocupación) que están presentes en tu cuerpo y mente. Observa también las sensaciones y emociones opuestas: Si te sientes preocupado/a, llama a los sentimientos de serenidad; si te sientes tenso/a, la experiencia facilidad. Siente cada sentimiento y su opuesto dentro de tu cuerpo.
Se testigo de tus pensamientos. Observa y da la bienvenida a los pensamientos, recuerdos e imágenes que están presentes en tu mente. Observa tus pensamientos sin juzgarlos o tratar de cambiarlos. A medida que entran en las creencias que tienes sobre ti mismo, así como traer a la mente y la experiencia de sus opuestos, da la bienvenida a su experiencia tal y como es.
La experiencia de la alegría. Ten Sensaciones agradables de la alegría, el bienestar o la felicidad que emana de tu corazón o vientre y extendiéndose por todo su cuerpo y en el espacio a su alrededor. Con cada exhalación, experimentar sensaciones de calor, la alegría, y el bienestar que irradia por todo el cuerpo.
Observa tu Ser. Sé consciente de su sentido del «yo-mismo», o de la personalidad. Observa este sentido de identidad cuando se dice «Tengo hambre», «Estoy enojado», o «estoy feliz». A continuación, experimentarse a sí mismo como un testigo o la observación de la conciencia de que es consciente de estos sentimientos. Pon a un lado el pensamiento y disuelvelo en tu conciencia, despierto y consciente de sí mismo.
Reflexionar sobre su práctica. A medida que completas la práctica, reflexiona sobre el viaje que acabas de realizar. Afirmar cómo la sensación de ser puro, o de la conciencia pura, está siempre presente como una profunda paz, inmutable que subyace en todas las circunstancias cambiantes. Imagínate la integración de ese sentimiento en tu vida cotidiana, en los momentos tanto agradables y difíciles, y siempre volver a conectar a ese sentido de la ecuanimidad.
Para terminar: A tu propio ritmo, la transición de vuelta a tu vida de vigilia, la reorientación de tu entorno. Vuelve lentamente, y haz una pausa por un momento para sentirse agradecido por tomar este tiempo para tí mismo.