La ansiedad es un problema que aparece como uno de los grandes males del mundo moderno. Sin embargo, la ansiedad, el estrés y el pánico son estados mentales tan antiguos como el ser humano y es una respuesta natural del cerebro ante situaciones extremas o muy peligrosas.
Quienes sufren de ansiedad están constantemente experimentando por adelantado, preocupándose por el mínimo indicio de la posibilidad de que exista un problema, complicación o de cualquier otro hecho que no ha ocurrido todavía, y que lo más probable sea que nunca ocurran.
Es importante saber, si sufres de ataques de pánico, que no vas a morir debido a un ataque. Y que la ansiedad es una reacción totalmente natural que debes aprender a controlar. Los síntomas de ataque de ansiedad son muy variados y pueden alertarte cuando estás por sufrirlos.
Los síntomas comunes a casi todos son que te empiece a temblar el pulso y una sensación de mareo. Cuando nuestro cerebro identifica que tiene que defenderse de algo que no le agrada nada se acelera nuestro ritmo cardiaco e, incluso, podemos llegar a tener taquicardias y dolor de pecho (pinchazos) porque estamos reaccionando a algo que nos da pánico o consideramos que hay que luchar contra un peligro.
Otros síntomas frecuentes pueden ser; sequedad de boca, caída del cabello frecuente, sudores fríos y calientes (cambios de temperatura corporal bruscos), ganas de vomitar, diarrea, también se te pude nublar la vista, etc
Señales psicológicas:
Son los síntomas subjetivos que advierten de un posible ataque de ansiedad. Puede ser una preocupación desmesurada por algo, un miedo o temor sin motivo, inseguridad, pensamientos negativos constantes y circulares. También dificultad para pensar lógicamente, incapacidad para concentrarse o realizar tareas normales como estudiar así como leer o mantener una conversación tranquila.
Señales físicas:
Son los síntomas objetivos que suceden a nivel fisiológico. Son indicadores que acompañados de otras señalescomo las psicológicas advierten de un ataque de ansiedad. Las señales más comunies son la sudoración excesiva no causada por la temperatura exterior, taquicardia y palpitaciones. A nivel múscular un aumento del dolor y de la tensión. Dificultad para respirar normalmente e hiperventilación, sequedad en la boca, migrañas, mareos y dolores de cabeza. En algunos casos se puede llegar a tiritar o a temblar sin motivo aparente.
Señales sociales o de rutina:
Son los síntomas de la ansiedad en distintos momentos del día, tendencias anórmalas y manías que pueden mostrar una tendencia ansiosas. Por ejemplo fumar compulsivamente, comer constantemente o/y beber en exceso. Evitar situaciones o lugares temidos también es un claro síntoma ansioso. Las manías y las repeticiones injustificadas como rascarse constantemente o morderse las uñas pueden evidenciar una clara predisposición ansiosas, aunque no siempre es así. Por eso se recomienda seguir consejos para combatir las manías con el fin de que no devengan en algo peor.
Los síntomas de un ataque de ansiedad varian en cada persona, y el hecho de tener alguna de estas señales no indica que se padezca ansiedad, pero si se tienen varios de estos síntomas es posible que se tenga una tendencia. Lo más recomendable es acudir a un médico psiquiátrico especializado.