Encontraremos todo tipo de consejos para que nuestra dieta sufra lo menos posible al llegar las fiestas, pero también encontraremos ciertas cosas que son demasiado buena (o extrañas) como para ser verdad. A continuación encontraremos los consejos a evitar, y por qué.
“Evita los lácteos, ya que son difíciles de digerir”
Existen muchos motivos por los que podríamos querer evitar productos lácteos: intolerancia a la lactosa, veganismo o un disgusto por su sabor, pero “porque complican la digestión” no es un argumento válido.
Si tenemos intolerancia a la lactosa, el azúcar en la leche atravesará nuestro tracto intestinal sin ser procesado, lo que puede llevar a hinchazón, gases y otras molestias. Aquellos quienes son celíacos o síndrome de colon irritable pueden notar además que la leche no es particularmente gentil con sus organismos, junto con aquellos que sufren acidez crónica. Si no tenemos ninguno de estos problemas, los lácteos no deberán causarnos complicaciones, y eliminarlos de nuestra dieta no nos dará ninguna ventaja mágica al momento de perder peso.
Además, el concepto de que “complican” la digestión es extraño. De hecho, mientras más tenga que trabajar nuestro organismo para digerir un alimento, más aumentará nuestro metabolismo. Y mientras más complejas sean las moléculas que ingerimos (como las harinas integrales), más sensación de saciedad nos darán durante más tiempo.
“Para perder peso rápido, evita todas las frutas excepto el pomelo”
¿Por qué alguien querría eliminar de su dieta el alimento más perfecto que nos ofrece la naturaleza? Las frutas contienen montones de vitaminas, minerales y compuestos beneficiarios para nuestra salud. Si bien la fruta contiene azúcar, también tiene montones de fibra, lo que reduce la velocidad de absorción del azúcar por parte del hígado. Los problemas de sobrepeso de la mayoría de las personas no derivan de comer demasiada fruta, y si bien el pomelo es sin dudas saludable, no es una fruta mágica. Si la “dieta del pomelo” nos ha dado resultados es porque en sí misma es baja en calorías.
“Usa agave en lugar de azúcar”
Ya sea que se trate de azúcar de mesa, jarabe de maple, agave o miel, son en su mayoría calorías vacías que deben consumirse con moderación. Cuando se trata de alimentar a nuestro organismo, un azúcar es azúcar, aunque no sea sacarosa. Por otro lado, es cierto que una determinada cantidad de agave puede saber más dulce que la misma cantidad de azúcar, por lo que la misma sensación nos hará incorporar menor cantidad de calorías. Si esto basta para afectar nuestro peso corporal, es una cuestión completamente distinta.
“No bebas fluidos en las comidas porque pueden diluir los ácidos estomacales y complicar la digestión”
Esto sencillamente no funciona así. El agua y otros líquidos en realidad ayudan a los ácidos del estómago a digerir el alimento y darle a la mezcla una consistencia apropiada.
Encontraremos buenos motivos para no consumir demasiado alcohol en la cena, como el hecho que tiene montones de calorías y reduce las inhibiciones al punto en el que comeremos más de lo que hacemos regularmente.