En estos tiempos el peso es un elemento que ha cobrado relevancia más allá de si somos hombres o mujeres, por eso, hoy queremos contarte cuáles son algunos de los momentos en los que somos más propensos a engordar. Esto te permitirá tener más cuidado con lo que comemos durante estas épocas, de esta forma podrás evitar estas situaciones, ¡presta mucha atención!
Hay etapas de nuestra vida en los que tenemos más riesgo de engordar, por eso no debes perder de vista tus hábitos saludables, los momentos que mencionamos son los siguientes:
– Cambios hormonales: pubertad, embarazo, menopausia.
– Cambio de hábitos: dejar de fumar, cambiar de trabajo, casarse, dormir menos que antes, cambio de rutina.
– Situaciones estresantes: problemas laborales o exceso de trabajo, muerte de un familiar o ser querido, separación de la pareja, época de exámenes.
– Problemas de salud: por traumatismos o accidentes, por una enfermedad crónica que cambia nuestra dieta, nuestro ánimo y/o nuestro nivel de actividad física, enfermedades que afectan el gasto energético.
El sedentarismo. La inactividad física favorece el aumento de peso. Si no gastas energía, todo lo que ingieras se almacenará en tu cuerpo, provocando que aumentes de peso.
Otros factores facilitadores
Etapas de la vida. El embarazo, la menopausia y los cambios hormonales de la pubertad, suelen afectar el peso corporal, tendiendo a engordar.
Dejar algún vicio. El cigarro o las drogas pueden representar un calmante y ansiolítico muy eficaz, por eso, al momento de abandonarlos, muchas personas los reemplazan por la comida, lo que provoca un aumento de peso.
Dejar de practicar deporte. El abandonar una actividad física supone un gasto de energía menos, por lo que si no se regula la alimentación en forma paralela, se ganará peso.
El estrés. Una forma que tienen muchas personas de combatir el cansancio mental y la angustia es comiendo. Y no es precisamente una ensalada lo que nos calma en esos momentos, sino que los alimentos grasosos y calóricos.
Las dietas reiteradas. Cuanto más imponemos a nuestro organismo a regímenes, más resistente se hace a las restricciones y más tiende a almacenar como medida de protección. Por esto, si te pasas de una dieta a otra, el “efecto yoyo” te hará ir aumentando cada vez más de peso, pues no sólo vuelves a tu peso anterior, sino que además lo elevas.
Los hábitos de alimentación si que es algo que esté en nuestras manos controlar. Un alto consumo de grasas y calorías van a hacer que día a día nuestro organismo acumule energía que no necesitamos, y eso se traduce en más michelines. Pasarse a la fruta, cereales, hortalizas y verduras mayoritariamente es la mejor opción.
Por supuesto los hábitos de actividad física también influirán. Está más que demostrado que una actividad física frecuente ayuda a mantener el peso, ya que gastamos parte de la energía que ingerimos y que de no ser así se almacenaría un día tras otro. Un ejemplo: correr todos los días 10 kilómetros a ritmo medio quema unas 300-500 kcal, lo que se traduce en una pérdida anual de 12-18 kilogramos (casi nada).
Y los sociólogos también apuntan al ambiente social de cada uno. Si estamos rodeados de gente que hace deporte, se alimenta bien y se cuida tenderemos más a mantener nuestro peso porque el hombre, al igual que muchos animales, tiende a hacer lo que hacen sus similares en el entorno más próximo.
Es por esta razón que es importante que mantengamos una dieta saludable siempre y cuidemos de nuestros hábitos. Esto era lo que teníamos para compartir, esperamos que esta información te sea de gran utilidad y te ayude a cuidar de tu salud.
Interesante la información. La mayoría lo sabe, pero nos falta voluntad y consistencia en asumir una vida saludable.
Gracias.