¿Hace tiempo que quieres bajar de peso y no lo logras? ¿No logras ver los resultados de tus esfuerzos en el gimnasio? Si es así, es hora de ponernos a revisar qué es lo que está sucediendo con tus hábitos alimenticios.
Más allá de la carga genética que reciben muchas personas obesas de sus padres, el factor más importante en las familias de obesos es la transmisión de inadecuados hábitos alimenticios. En las últimas décadas se ha visto que el número de personas con sobrepeso y obesidad crece en grandes proporciones en todo el mundo y esto es producto de diversos factores.
Por una parte, el crecimiento económico para muchos países se ha visto acompañado de un gran desarrollo de su industria alimentaria y la globalización de los mercados, lo cual ha incidido, no sólo en la cantidad de alimentos disponibles, sino en su calidad, ya que muchos renglones se caracterizan por su gran contenido de grasas y azúcares. A esto se une la creciente preferencia por las comidas rápidas, las cuales representa una alternativa práctica, aunque no muy saludable, a la falta de tiempo para la preparación de las comidas en las casas.
Por otra parte, las características de la vida moderna han hecho que la gente disminuya significativamente sus niveles de actividad física. Se ha incrementado el acceso a medios de transporte por buena parte de la población mundial y también existe la tecnificación de muchas de las actividades domésticas. Además las sociedades han evolucionado de ser sociedades donde la mayor parte de su población hacía actividades que requerían esfuerzo físico a ser sociedades donde se depende del trabajo mecanizado o intelectual.
Pedro Manuel Ramos Calvo, profesor de la Facultad de Farmacia del País Vasco en Vitoria, a afirmado que estos malos hábitos alimenticios son la causa probable de alrededor de un 60% de las patologías. Esta afirmación la llevó a cabo en un seminario de verano de la misma Universidad, llamado “Comida, salud y enfermedad: tú decides”.
Entre las enfermedades más habituales causadas por los malos hábitos alimenticios están las cardiovasculares, que comprenden desde infartos a enfermedades cerebrovasculares, donde juegan un papel importante factores como el colesterol o la hipertensión.
Otro de los tipos de enfermedades más frecuentes y graves causadas por los malos hábitos alimenticios son algunos tipos de cáncer, de hecho, se calcula que al igual que el tabaco, la mala alimentación es la responsable del 35% de los casos de cáncer en el primer mundo.
Por otro lado la mala alimentación también es responsable de algunas enfermedades crónicas, como las musculares, óseas, o la diabetes, una de las enfermedades que más peso causa a nuestro sistema sanitario y con más repercusiones para nuestra salud.
Si la idea es adoptar una vida más sana, sabes que hay algunas costumbres de las que debes ir despidiéndote. No desayunar, comer con mucha prisa y olvidarnos de ingerir líquidos son algunos ejemplos de los malos hábitos alimenticios que tienes que evitar.
- Comer demasiado deprisa, sobre todo, sin masticar bien y tranquilamente.
- Usar de forma simple y monótona la denominada como “dieta estándar“. Se recomienda hacer variaciones, y siempre comer de todo.
- Las bebidas alcohólicas poseen un alto contenido energético y muchas calorías. Deberíamos considerar si sería sano o no su consumo diario.
- Los productos dietéticos si bien pueden llegar a ser muy positivos, muchas veces hacemos de ellos una inadecuada utilización.
- Comer más de la cuenta A veces no sabemos hasta dónde llegar con la comida y comemos más de la cuenta.
- Para cambiar este mal hábito, come y mastica despacio para darle tiempo a tu cerebro de mandar la señal de «parar». Equilibra tus porciones.
- Comer realizando otra actividad El comer realizando otra actividad como escuchar música o ver televisión sí afecta nuestra alimentación porque nos hacecomer más y comer más rápido.
- Tenemos tendencia a consumir demasiada sal y esto aumenta el riesgo de tensión alta.
- Tenemos que evitar en lo posible los fritos en las comidas, podemos utilizar la plancha, la brasa, el horno, vapor.
- El elevado consumo de dulces, azúcar, y bebidas azucaradas puede provocar diabetes y sobrepeso.
- Evitar picar entre horas, además suelen ser alimentos muy calóricos.
- Nunca debe saltarse una comida, no desayunar es lo peor que se puede hacer, ya que cuando llegas a la próxima comida tines mucha más hambre comes demasiado deprisa y más cantidad.
- Hacer ejercicio, el sedentarismo favorece los problemas de peso y de huesos.
Falta de agua
Es hora de hidratarte bien. Si no consumes la suficiente agua y productos líquidos durante el día puedes llegar a experimentar dolor de cabeza, disminución de la presión sanguínea, e incluso desmayarte en el momento menos apropiado. Debes tomar agua para evitar la deshidratación. No por menos el agua se ha convertido en centro de atención en el mundo, porque sin agua nadie podría sobrevivir.
Aguantar hambre
Aguantar el hambre es más común de lo que parece y en muchos casos no necesariamente depende de la falta de abastecimiento de alimentos, sino de la pereza. Si es tu caso, te invitamos a que te levantes de la silla ahora mismo y vayas a comer algo, no es tiempo de aguantar si el estómago te cruje. Además, aguantar el hambre puede desencadenar en un caso de hipoglucemia. Y si tienes la mala idea de comer demasiado al almuerzo para saciar tu hambre de la mañana, sí que haces un mal con tu organismo.
Saltearse el desayuno
No es mentira cuando las madres suelen decir que el desayuno es la comida más importante del día; por alguna razón, ellas no pueden despegarse de la mesa hasta ver que acabas todo lo que hay en la mesa. Tu cuerpo ha permanecido horas durmiendo y, aunque no lo creas, durante el sueño gastas suficiente energía. Consumir alimentos sanos a la hora del desayuno es garantía de contar con los nutrientes diarios necesarios. Si tú eres ese tipo de persona que desayuna una dona y una gaseosa seguramente ya tienes o estás más cerca del sobrepeso: no abuses del azúcar.
Comer a las apuradas
La mayoría de gente está ocupadísima y viven apuradas. Algunos dicen: «no podré demorarme en el almuerzo, tengo una reunión importante» o «vamos a comer algo rápido» y tal vez cometen un error craso que a largo plazo tiene sus resultados. Hay que masticar cuantas veces sea necesario; tragarse la comida, literalmente, es dejarle demasiado trabajo a tu estómago. Además, por comer más rápido no saciaras el hambre. Tómate un tiempo para comer despacio. No hay afán cuando se trata de tu salud. Fija una hora para comer y cúmplela cada día.
Si realmente te importa tu salud, bienestar y apariencia, sacrifica cualquier otra actividad y siéntate a la mesa para comer. Cambiar este mal hábito alimenticio es simple y te traerá grandes beneficios.
Recuerda que los malos hábitos alimenticios tienen mucho que ver en cómo nos vemos y en cómo nos sentimos. Nuestra buena o mala salud se debe en gran parte a los malos hábitos alimenticios.
Excelente tema… me encanta y disfruto todo lo relacionado a la buena salud.