El dolor de espalda, especialmente el que se localiza en la zona baja, no es consecuencia exclusiva de estar mal sentados en la silla de la oficina. Sí, todo comienza cuando sin querer adoptamos una mala postura, pero hay muchos otros malos hábitos que pueden incrementar ese insoportable dolor de espalda que nos hace quedar inmóviles.
En VivirSalud te contamos cuáles son esos factores que agravan el dolor de espalda. Conociéndolos, sabrás qué hacer para combatirlo.
La falta de ejercicio físico
Cuando no hacemos suficiente actividad física, especialmente ejercicios que fortalezcan el área abdominal, es más fácil contraer malas posturas y dolor de espalda baja. Uno de los mejores ejercicios para prevenir el dolor de espalda es Pilates o los ejercicios cardiovasculares, como nadar, correr, caminar y andar en bicicleta, pues mejoran nuestra flexibilidad y promueven la circulación hacia la zona afectada, reduciendo las inflamaciones y dolores.
La mala postura
El dolor de espalda baja puede ser consecuencia directa de una mala postura, dado que ésta causa tensión en los músculos. De hecho, cuando nuestro cuerpo se acostumbra a una mala postura las características anatómicas de la columna vertebral pueden alterarse, y así es que presiona sobre los vasos sanguíneos y nervios, causando problemas en los músculos, articulaciones y discos. La postura corporal es muy importante.
Hacer esfuerzos
Si no tienes suficiente fuerza para cargar elementos pesados o mover los muebles de tu hogar, ¡no lo hagas! Y si lo haces, hazlo correctamente para prevenir el dolor de espalda: debes doblar las rodillas y hacer fuerza con las piernas, manteniendo el peso con el cuerpo.
La obesidad
Cuando estamos excedidos de peso, especiamente acumulados en la zona del abdomen, es posible que se tensionen los músculos de nuestra espalda. Por ello, seguir una alimentación sana, mantener un peso saludable y estable y hacer ejercicio ayudan mucho a combatir el dolor de espalda.
Fumar
Sí, otra consecuencia negativa del tabaquismo es el dolor de espalda. Ocurre que la nicotina limita el flujo sanguíneo hacia los discos que amortiguan las vértebras; esto debilita los músculos de la espalda. Además, fumar reduce la absorción del calcio en los huesos, lo cual aumenta mucho más el riesgo de dolores y fracturas.
Ahora que sabes qué causa el dolor de espalda, comienza a prevenirlo mejorando tu postura. Luego, sigue con nuestros consejos para una alimentación saludable y, si fumas, con nuestros trucos para dejar de fumar.
Con estos pequeños cambios en tu rutina harás una gran transformación en tu calidad de vida.