¿Fumas dentro de tu casa? ¿Lo hace tu pareja? ¿O quizás un abuelo o hermano de mayor edad que convive con vosotros? Pues es hora de plantearse seriamente eliminar este hábito tan nocivo, o al menos evitar fumar en la casa, puesto que el humo de cigarrillo afecta la salud de los niños.
Según estudios científicos se ha estimado que la mayoría de los padres fumadores llevan el hábito a sus hogares (59% de los padres fumador y el 74 % de las madres fumadoras). Al fumar en nuestro hogar ?o permitir que otras personas lo hagan- exponemos a los niños a los efectos perjudiciales del humo del tabaco. Aún si lo hacemos cuando no están presentes, y aún cuando nos ocupemos de ventilar las habitaciones, porque los contaminantes del cigarrillo continúan presentes en el ambiente.
Como consecuencia los pequeños tienen más propensión a desarrollar enfermedades respiratorias, deficiencias inmunitarias o hipertensión, entre otros problemas de salud. Y en caso de sufrir naturalmente de otras problemáticas puede agravar la situación como ocurre con el asma infantil.
Dejar de fumar no solo le reportará a tu organismo saludables beneficios, sino también a los que te rodean, especialmente a los más pequeños de la familia o de la casa. Y es que el tabaco pasivo puede ser tan perjudicial para la salud como el humo que inspira un fumador con cada cigarrillo. El humo que recibe el fumador pasivo contiene, entre otros, nicotina, toxinas, sustanciasoxidantes y cancerígenas, siendo además los niños especialmente vulnerables a los efectos del tabaco ya que sus mecanismos de defensa están menos desarrollados.
Pese a que el tabaquismo está detrás de problemas de salud tan severos como la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) o el cáncer de pulmón, no debemos olvidar los riesgosque también conlleva el tabaquismo pasivo, es decir, la exposición a los efectos nocivos del tabaco. Problemas que, en el caso de los niños, conviene evitar, ya que el tabaco pasivo puede ser el desecadenante de trastornos de salud y de problemas en el desarrollo y crecimiento del niño. Así, la exposición al tabaco es un factor de riesgo de las enfermedades respiratorias, aumentando las posibilidades, hasta un 15% mayor, de padecer asma y episodios de bronquitis,bronquiolitis o neumonías durante la infancia. Además, estar expuestos al tabaco durante el crecimiento también incrementa las posibilidades de padecer EPOC en la edad adulta, así como problemas de alergias.
Otras de las enfermedades que puede provocar el tabaquismo pasivo es la otitis, causado por el humo que irrita el oído. Una otitis recurrente o mal diagnosticada puede derivar en problemas desordera. Asimismo, también se relaciona con un incremento de las posibilidades de padecertensión arterial alta.
El déficit de atención es un serio problema que se traduce en problemas cognitivos. Las sustancias nocivas del humo del tabaco pueden afectar al desarrollo del cerebro, aumentando las posibilidades de padecer déficit de atención. De la misma manera, el tabaco pasivo también puede afectar al desarrollo saludable del niño. Fumar durante el embarazo puede afectar al peso del recién nacido, y vivir en un ambiente o espacio donde se fuma puede bloquear el aporte deoxígeno a los tejidos ralentizando su crecimiento. Lógicamente, esto conlleva mayores riesgos de sufrir una enfermedad pulmonar.
En el caso de las mujeres embarazadas, la exposición al tabaco puede conllevar riesgos para el feto. Asimismo, es importante apuntar que, además de las infecciones o enfermedades respiratorias, el tabaquismo pasivo también puede provocar otros síntomas o molestias como lairritación nasal, tos, irritación de los ojos, molestias en la garganta o estornudos, dolores de cabeza, pérdida del olfato y el gusto. Algunos estudios incluson relacionan la aparición de caries en los niños como un riesgo más de la exposición al tabaco.