No gastes más dinero en cremas hidratantes, ni sigas perdiendo el tiempo con las mascarillas faciales naturales para cuidar la piel porque, si fumas, tus esfuerzos para evitar el envejecimiento pierden sentido.
El cigarrillo es perjudicial para la salud desde cualquier punto de vista. En este caso, nos centraremos en sus efectos sobre la salud de la piel, pues está comprobado que fumar acelera la aparición de arrugas. Así que, si quieres mantenerte físicamente joven, aquí tienes otra razón para dejar de fumar.
¿Por qué fumar acelera el envejecimiento?
Porque la nicotina y el monóxido de carbono que se desprenden del cigarrillo estrechan los vasos sanguíneos en las capas más externas de la piel, reduciendo la llegada de sangre a las células. En consecuencia, la piel pierde oxígeno y nutrientes esenciales para mantenerse sana. Además, muchos de las sustancias químicas presentes en el humo del tabaco hacen que la piel pierda firmeza y elasticidad.
¿Resultado? La piel se arruga y envejece mucho más rápido de lo previsto a causa del cigarrillo. Y no solo se arruga tu rostro, sino también tus manos y la cara interna de los brazos.
Si bien el envejecimiento es parte de la vida, podemos hacer que demore en llegar. Una de las formas es dejando de fumar.
El motivo es llamar la atención sobre cómo fumar afecta de manera evidente a la piel y, a causa de ello, se adquiere la apariencia de ser más viejo de lo que se es en realidad.
Entre los efectos visibles encontramos:
– La contracción repetitiva de los labios para fumar hace surgir evidentes arrugas alrededor de éstos, así como el cerrar los ojos cuando sube el humo las provoca en el contorno de ojos. Además, los dedos utilizados se van tornado de color amarillo por sostener el cigarrillo.
– Como fumar produce el estrechamiento de los vasos sanguíneos, el flujo sanguíneo se reduce, lo que provoca que el oxígeno no llegue en cantidad suficiente a la piel restándole vida.
– Por otra parte, y esto afecta también a los fumadores pasivos, el humo reseca la piel, le resta hidratación, lo que también favorece la aparición de arrugas.
Otras consecuencias más graves son que el tabaquismo dificulta la capacidad del organismo para cicatrizar las heridas. Por otra parte, se ha comprobado que, aunque indirectamente, está relacionado con el cáncer de piel.
Ya desde el año 1985 publicó el British Medical Journal un estudio del Doctor Douglas Model donde hablaba de cómo se puede reconocer fácilmente que una persona es o no fumadora, (desde al menos 10 años), simplemente observando su rostro. Y es que los adictos al tabaco presentaban:
- Arrugas muy profundas.
- Líneas de expresión muy marcadas.
- Tono de piel demacrado, grisáceo, apagado.
- Huesos faciales ligeramente prominentes.
- Manchas de color púrpura por la piel.
¿Resultado? La piel se arruga y envejece mucho más rápido de lo previsto a causa del cigarrillo. Y no solo se arruga tu rostro, sino también tus manos y la cara interna de los brazos.
Si bien el envejecimiento es parte de la vida, podemos hacer que demore en llegar. Una de las formas es dejando de fumar.