Como estuvimos viendo en la semana, el consumo de agua es un aspecto fundamental que no deberíamos descuidar en nuestra vida. A la hora de beber este líquido tenemos dos opciones, el agua con gas y el agua sin gas, ¿cuál es la mejor? Hoy respondemos a esta pregunta y te contamos por qué.
Como sabemos, debemos ingerir al menos 2 litros diarios para que nuestro cuerpo funcione correctamente. En muchos lugares beber agua con gas es algo habitual que se hace todos los días, aunque en otros, como España, suele creerse que este tipo de bebida contiene azúcar y otros ingredientes que ponen en peligro nuestra dieta. Esto no podría estar más lejos de la realidad, lo cierto es que el agua con gas es simplemente agua a la que se le añade gas.
Como sabemos, el agua sin gas es una bebida que no contiene calorias, lo que sí nos brinda son sales minerales, las cuales son esenciales para la vida, la cantidad que contenga dependerá de dónde provenga la misma. En el caso del agua con gas, se utiliza como base el agua natural por tanto su función sigue siendo la misma y sigue aportando la misma cantidad de sales minerales.
La diferencia es que al agua con gas se le añade ácido carbónico disuelto, que es el causante de las burbujas gaseosas que pueblan esta bebida. El ácido estimular la secreción por parte del estómago de jugos gástricos, lo cual es muy beneficioso en el proceso digestivo, ya que se acelera la asimilación de alimentos.
Por tanto, debemos borrar de nuestra mente que a las aguas con gas se les añaden azúcares o que contienen calorías. Ambos tipos son recomendables para distintas situaciones, si queremos hidratar el organismo o beneficiar nuestra dieta.
¡Esperamos esta información te sea muy útil!