Muchas personas no hacen la actividad física necesaria, pero no porque no lo quieran sino porque no tienen tiempo para hacerlo. Entre los estudios, el trabajo, los hijos y demás responsabilidades, parece que las 24 horas del día no alcanzaran para todo.
Entonces… ¿qué tal exprimir al máximo cada momento? Podemos hacer ejercicio en nuestra oficina. Por supuesto, no es cuestión de instalar un gimnasio en nuestro lugar de trabajo, pero te recomendamos algunos ejercicios que puedes hacer desde tu escritorio mientras prendes el ordenador.
Diez ejercicios para la oficina
1. De vez en cuando, trata de relajar la postura que mantienes en tu lugar detrabajo. Puedes asomarte a ver qué hace tu vecino, siéntate de nuevo y levántate de tu silla, mirando ahora hacia el otro lado. Levanta y baja los dedos de los pies manteniendo los talones en el suelo. Levanta y baja los talones manteniendo los dedos en el suelo, o da pequeños paseos por la oficina.
2. Levántate firmemente con los dedos de los pies apuntando directamente hacia delante. Luego, dobla lentamente las rodillas en la dirección de los dedos, hasta que no los puedas ver más desde ningún ángulo. Lentamente, regresa a la posición de inicio.
3. Con la espalda tocando la pared, mueve los pies bien lejos de ésta, hasta que la pared sostenga todo el peso de tu espalda. Dobla las rodillas para que las piernas formen un ángulo de 90 grados. Mantente en esa postura tanto tiempo como puedas.
4. Con los brazos a los costados, da un paso lo más amplio posible hacia delante con tu pierna derecha, hasta que el muslo quede paralelo al suelo. Utilizando la misma pierna, regresa a tu posición del principio. Repite el ejercicio con la pierna izquierda. También podrías hacer pequeñas caminatas con este paso de embestida.
5. Realiza ejercicios para los glúteos, sentándote o levantándote, y manteniendo apretados por un tiempo los músculos del trasero, para luego relajarlos.
6. Durante el desayuno o los tiempos para el café, intenta hacer ejercicios de estiramiento y precalentamiento. Para esto, levanta y baja los talones del suelo, utilizando tu escritorio o un archivador para lograr equilibrio.
7. Si estás sola (o tienes la suerte de tener tu propio despacho), túmbate en el suelo y haz algunos ejercicios abdominales, como apoyar la espalda con las rodillas dobladas para luego intentar tocarlas, contar hasta dos, y luego regresar al suelo. Asimismo, permanece en el suelo para hacer otro tipo de abdominales, como por ejemplo con las piernas estiradas o con las piernas sobre un banquito o contra una pared.
8. Disminuye la tensión subiendo los hombros, es decir, levantándolos incluso hasta las orejas, manteniendo esa posición, y luego relajándolos.
9. Con las palmas de las manos en una silla, y de espaldas a ella, y los pies en el suelo, ve bajando el trasero hasta el final de la silla (dobla los codos, y ve bajando el cuerpo), para luego poner derechos los brazos y volver a la posición de comienzo.
10. Levántate firmemente frente a una silla, con los pies separados. Dobla las rodillas como si te sentaras en la silla, cargando el peso de tu cuerpo sobre los talones. Cuando tus piernas estén paralelas al asiento de la silla, sube lentamente hasta llegar a la posición original, es decir, cuando estabas de pie.