1. Evita las dietas mágicas. No te dejes atrapar por tratamientos que prometen una pérdida de peso rápida y sin esfuerzo. Todos ellos tienen más consecuencias negativas que beneficios.
4. Comienza con pequeños cambios para obtener grandes resultados.
5. Respeta el ABC del adelgazamiento: actividad física, buenos hábitos y compromiso.
1. Un buen desayuno. Saltearte el desayuno es un gran error. Una comida abundante y variada en la mañana saciará tu hambre. Se ha comprobado que el 78 por ciento de las personas que tienen éxito con una dieta desayunan generalmente con cereales y frutas.
2. Limita las grasas. No las evites sino que elige las buenas. Se distinguen basándose en el efecto que tienen en el nivel de colesterol en sangre. Las grasas buenas están en el aceite de oliva, nueces, aguacate y aceites omega- 3 de mariscos o de origen vegetal. Las malas se forman cuando se hidrogena el aceite vegetal y la grasa saturada de la carne y lácteos.
3. Come sano y moderado. Dile sí a las verduras, frutas, carne magra, pescado y granos enteros, pero reduce al mínimo los granos refinados, papas, productos lácteos enteros y refrescos. No importa lo saludable que sea tu dieta, restringe el tamaño de las porciones si quieres bajar de peso.
4. Anímate con el ejercicio. Una vida activa te ayudará a no volver a subir el peso que perdiste. Haz ejercicios de moderados a vigorosos una hora por día, por ejemplo una caminata rápida.
5. Considera comer menos carbohidratos. Casi todas las dietas limitan el consumo del pan blanco, galletas, papitas o frituras, pero esto no es para todos. Hay estudios que comprobaron que personas adelgazaron comiendo carbohidratos en abundancia limitando el consumo de grasas y el tamaño de las porciones.
6. Llénate con alimentos de pocas calorías. Si quieres ahorrar calorías y seguir comiendo en cantidades satisfactorias enfoca tu dieta en alimentos que tienen menos calorías por bocado. Comienza tus comidas con una sopa magra o una ensalada (aderezada con aceite de oliva o canola) y sigue con un plato principal lleno de vegetales (tomate, brócoli o espinaca). De postre, una fruta.
7. Pésate una vez por semana. Algunos libros descartan la práctica de pesarse todos los días porque puede volverse una obsesión. Pero puedes volver a la balanza una vez por semana y tomar medidas rápidas si aumentaste de peso.