El consumo de yemas de huevo crudas es una práctica habitual en muchos campos del deporte y del arte (para mejorar la voz), añadiéndolas a bebidas y batidos de proteína para incrementar su valor nutricional.
Si bien las yemas son un alimento muy nutritivo ya sean cocidas o crudas, si se consumen de esta última forma se corre el riesgo de padecer alguna complicación digestiva dada la facilidad que poseen para contaminarse por bacterias.
Las yemas y las bacterias
Si bien los huevos que se consiguen en el mercado se lavan y desinfectan, las infecciones y bacterias ya podrían estar alojadas en ellos desde incluso antes de ser puestos por la gallina. La infección más común que podrían tener es la salmonella, que afectaría al huevo antes de desarrollarse por completo la cáscara y se concentraría en la yema por su gran disponibilidad de nutrientes.
Si una persona llegara a consumir un huevo infectado de salmonella entre 8 y 72 horas después seguramente estaría padeciendo fiebre y dolor de cabeza, fuertes dolores abdominales, vómito y diarrea, cuadro que podría tardar hasta una semana en desaparecer.
Digestión del huevo
A diferencias de otros alimentos que pierden parte de su valor nutricional al pasar por el proceso de cocción, en el caso del huevo la acción de cocerlo, además de eliminar las posibles bacterias de su yema, ayuda a desnaturalizar sus proteínas (pero sin reducirlas) lo que las hace mucho más digeribles para las enzimas encargadas de este proceso.
Contenido nutricional del huevo
Normalmente se toma como regla general considerar el valor nutritivo de la yema de huevo, ya sea cruda o cocida, en unas 55 calorías, 2,7 gramos de proteína, 4,5 gramos de grasa y 0,61 gramos de carbohidratos. Además, poseen un rico contenido en vitaminas, como la A, D, E, B-12 y folato, y en minerales como el potasio, calcio, hierro y fósforo.
Una de las propiedades más destacadas de la yema del huevo es la constituida por los antioxidantes zeaxantina y luteína que aportan su característico color amarillo-anaranjado, que además un suplemento muy beneficioso para la vista.
En cuanto a la creencia de que la yema de huevo es perjudicial para el colesterol, se ha comprobado que la consumición de este alimento solo eleva los niveles de colesterol bueno (HDL) y apenas un poco los del LDL o colesterol malo.
Como ves, los beneficios de la yema de huevo son muchos, pero siempre se recomienda que se consuman las yemas cocidas en lugar de crudas, pues de esta forma estarás aprovechando al máximo todas sus propiedades sin correr el riesgo de contraer alguna infección bacterial como la salmonella.