AFP
El ácido acetilsalicílico (el principio activo de la aspirina) que muchas personas toman como un anticoagulante para evitar trombos, puede tener también un efecto protector frente al cáncer. Así lo demuestra un estudio que publica The Lancet, en el que se han revisado ocho trabajos que implicaban a 25.000 pacientes, con el resultado de que en el grupo de los que estaban tomando el fármaco hubo un 21% menos de muertes por cáncer en cinco años.
La investigación, dirigida por Peter Rothwell, de la universidad británica de Oxford, afirma que tomar aspirina durante años reduce el riesgo de contraer la enfermedad, mientras, por otra parte, se constata que el calcio de la leche aumenta las propiedades beneficiosas del fármaco. Rothwell asegura que los resultados de su estudio podrían cambiar las recomendaciones de las autoridades sanitarias que, hasta ahora, prefieren no recetar por sistema a los adultos sanos de mediana edad por un pequeño riesgo de hemorragia interna.
En estos trabajos se comparaba la evolución de los pacientes que tomaban a diario 75 mg de aspirina (un comprimido para adultos contiene 500 mg), frente al resto de participantes (que no tenían esta práctica).
Según sus conclusiones, la veterana pastilla blanca demostró una reducción de la mortalidad por distintos tipos de cáncer superior al 20% transcurridas dos décadas (un beneficio aún más evidente en el caso de los tumores gastrointestinales, cuya reducción se situó en el 35%).
Como siempre ocurre con este tipo de estudios, los investigadores subrayan que la aspirina no está exenta de riesgos (las hemorragias gastrointestinales y cerebrales son las más conocidas), y sus conclusiones no suponen que cualquiera deba comenzar a automedicarse a raíz de estos resultados.
Sin embargo, añaden, estas conclusiones alteran el balance de riesgos y beneficios que hasta ahora se mencionaban en las guías y documentos oficiales a la hora de valorar el papel protector de la aspirina.
Los resultados no han sorprendido a la comunidad científica, que ya había observado hace años la capacidad de la aspirina para frenar el crecimiento de las células malignas en el laboratorio, y que conocían también su papel protector en el caso concreto de los tumores colorrectales.
Y aunque el estudio no entra a valorar los mecanismos específicos que podrían explicar este fenómeno, todo indica que la acción del ácido acetilsalicílico contra el cáncer se produce a través de su acción antiinflamatoria, puesto que cada vez se conoce mejor el papel de la inflamación de los tejidos (y de moléculas como las prostaglandinas) en la aparición de tumores malignos.