El embarazo es una de las etapas más hermosas en la vida de una mujer. Los cambios físicos y emocionales que experimentamos son sorprenden cada día, pero suponen la maravillosa experiencia de llevar un pequeño ser en nuestro vientre. Debemos disfrutarlo plenamente pero al mismo tiempo debemos conocer las señales que nos alerten de algún posible peligro, ¿sabes cuáles son?
Lo primero que debo decirte es que en nuestra situación (porque yo también estoy embarazada) no debemos alarmarnos ni preocuparnos excesivamente por cualquier cosa, pero si debemos estar atentas a las señales de nuestro cuerpo para prevenir cualquier cosa. Las señales de alarma son las siguientes:
El más grave es el sangrado vaginal. Una hemorragia en pequeñas cantidades puede indicar un peligro de aborto, no es algo normal y ante algo así debemos acudir inmediatamente a nuestro médico o a un centro de salud cercano. La pérdida de líquidos vaginales con mal olor también es un signo de que hay algo que está ocurriendo en nuestro cuerpo, en caso el líquido sea claro significa que hemos roto la bolsa y debemos ir al médico cuanto antes.
Las contracciones antes de cumplir el tiempo de completar el embarazo, especialmente en los dos primeros trimestres es una señal de alarma. Las fiebres altas, palidez extrema e incluso las náuseas intolerables son signos de alerta por los que debemos buscar al profesional que esté a cargo de nuestro embarazo.
La visión borrosa, diarreas, vómitos, calambres, escalofríos y convulsiones musculares representan motivos de preocupación. Aunque estos síntomas no necesariamente indican que algo grave está pasando contigo o tu bebé, es importante no pasarlos por alto y consultar al médico para descartar cualquier problema.
Sangrado en cualquier momento. Durante el primero, segundo o tercer trimestre, la sangre es una signo que no debe pasarse por alto. El sangrado puede significar varias cosas, dependiendo de cómo se presenta. Si hay sangrado durante el primer trimestre con dolor abdominal puede tratarse de un embarazo ectópico, el cual es grave y debe atenderse de forma inmediata. El sangrado abundante puede ser la señal de un aborto espontáneo durante el primer trimestre y la primera parte del segundo trimestre. ¿Qué pasa si sangras durante el tercer trimestre? Puede tratarse de un desprendimiento de la placenta. Lo importante es que recuerdes que el sangrado siempre es algo serio. Si te sucede, no dudes en ir de inmediato al médico o a la sala de emergencia para recibir atención lo más pronto posible.
La actividad del bebé disminuye. La mayoría de las mamás se ponen felices porque sienten a su bebé moviéndose y dando patadas en el abdomen. ¡Es la prueba de que tienes un ser humano desarrollándose dentro de ti! Por eso, si de repente su nivel de actividad disminuye, prende las alarmas. Cuando el bebé no se mueve lo suficiente puede ser que no esté recibiendo el oxígeno y los nutrientes que necesita de la placenta.
Contracciones en la primera parte del tercer trimestre. Las contracciones se deben presentar cuando el bebé está listo para nacer. Por eso, si sientes contracciones antes de tiempo – en la primera parte del tercer trimestre – no dudes en ir al médico. Pueden ser un signo de parto prematuro o parto falso (conocidas como contracciones Braxton–Hicks) y sólo tu médico puede detenerlas. ¡No esperes! Puedes poner en riesgo la salud de tu bebé.
Dolor de cabeza severo, dolor abdominal, problemas con la vista y retención de líquidos (hinchazón). Estos síntomas pueden indicar pre-eclampsia, una condición grave que puede presentarse después de la semana 20 de embarazo que incluye presión arterial elevada. Consulta con tu médico inmediatamente, ya que puede ser fatal. El buen cuidado prenatal contribuye a prevenirla.
Síntomas de influenza. Cuando estás embarazada, el sistema inmunológico es más vulnerable que el de las mujeres que no están embarazadas y podrías contraer la influenza durante la época en que ésta se presenta y tu riesgo de complicaciones es mayor. Si tienes dolor de garganta, congestión nasal, diarrea, náuseas, vómito y fiebre, habla con tu médico tan pronto y te aparezcan los síntomas, especialmente si tienes fiebre elevada. Pregúntale a tu médico acerca de la vacuna para la influenza. Siempre es mejor prevenir.