La practica de la meditación Zen permite que el ser individual se conecte conscientemente con la Fuente Primigenia de su vida. Esta conexión tiene el poder de hacer desaparecer el miedo a la muerte y al cambio. O sea reduce el apego a la forma individual y al concepto de yo. Para el budismo este apego es la causa de enfermedades y desequilibrios.
El término japonés Zen es una transliteración del término chino Ch’an, que a su vez es una abreviación de Ch’an-na. Este es una transliteración al chino del vocablo sánscrito dhyana. Dhyana podría ser traducido como «absorción» o «reabsorción». La práctica de la meditación Zen permite que el ser individual se conecte conscientemente con la Fuente Primigenia de su vida. Esta conexión tiene el poder de reducir o hacer desaparecer el miedo a la muerte y al cambio, o dicho de otra manera, reduce el apego a la forma individual y al concepto de yo. Como veremos más adelante, para el Budismo este apego es la causa de todo desequilibrio y enfermedad y, por lo tanto, de todo sufrimiento.
En un sentido general, el Budismo es una terapéutica del dolor humano, entendido no solamente como dolor físico sino sobre todo como dolor existencial. Es imposible comprender la acción terapéutica de cualquier remedio si no se tiene en cuenta el contexto conceptual en el que fue creado y aplicado. El contexto conceptual de la meditación Zen viene dado por la experiencia y la enseñanza del Buda Sakiamuni, fundador histórico del Budismo.
El Buda Sakiamuni inició su búsqueda espiritual tras confrontarse con el hecho de que la realidad humana está marcada por el sufrimiento. El Buda expuso su sistema de sanación a través de las llamadas Cuatro Nobles Verdades: la primera Noble Verdad hace referencia a los síntomas de la enfermedad humana; la segunda a las causas; la tercera afirma la capacidad de los seres humanos de alcanzar el estado de salud; la cuarta constituye el tratamiento.
La meditación Zen no es un sistema terapéutico. La principal función es la de clarificar la naturaleza de nuestro ser, es decir, ayudarnos a despertar a lo que somos.
Cuando se producen cambios importantes en nuestra conciencia de ser, estos cambios se manifiestan inmediatamente en nuestra manera de ser cuerpo, de experimentar las emociones y de pensar y concebir la realidad.
El despertar no es otra cosa que experimentar la condición más evidente y más normal de nuestro cuerpo y nuestro cerebro. El individuo de hoy en día a perdido el contacto con esta capacidad innata de sentirse bien y es necesario regularizar el modo de vida. La meditación Zen es una buena herramienta para conseguirlo, sólo hay que ponerse a ello.
pasos para la meditacion zen
Consigue un zafu o una pequeña almohada. Esto es opcional, dependiendo de tu posición y tu preferencia.
Colócate en posición. La traducción literal para zazen es «meditación sentado». Así que la forma en que te sientas es muy importante. Hay varias posiciones diferentes usadas en zazen:
- La Posición Birmana. Esta es la posición más simple en la cual las piernas son cruzadas con ambas rodillas descansando sobre el piso, un tobillo está enfrente del otro, no encima.
- La posición del medio Loto (Hankafuza). Esta se hace colocando el pie izquierdo en el muslo derecho y metiendo el pie derecho bajo el muslo izquierdo.
- La posición completa de Loto (Kekkafuza). Esto sin duda es la más estable de todas las posiciones. Es hecha colocando cada pie en el muslo opuesto. Puede ser un poco doloroso al principio pero si sigues intentándolo verás como tus músculos se terminarán acostumbrando. No es recomendada, si tienes dolor crónico de rodillas.
- La posición de rodillas (Seiza). Ponte de rodillas con tus caderas descansando sobre tus tobillos.
- La posición de la Silla. Está bien sentarse en una silla para meditar, pero es esencial que mantengas tu espalda recta.
- La posición de pie. Esta es una posición útil, practicada en Corea y China, para la gente que no puede sentarse por largos períodos de tiempo. Siéntate derecho con tus pies separados (paralelos a tus hombros). Tus talones deben estar ligeramente más juntos que tus dedos pulgares. Coloca tus manos sobre tu estómago, la mano derecha sobre la izquierda. No cruces las rodillas, no deben estar bloqueadas.
Dobla tus manos en la mudra cósmica. Esto se hace poniendo tu mano dominante con la palma hacia arriba, sosteniendo tu otra mano también palma arriba. Los pulgares se están tocando ligeramente. Esto es opcional; nota las manos del monje en la imagen introductoria.
Empieza cerrando tus ojos y pensando en nada más que en tu respiración. También es aceptable tener los ojos solo medio cerrados.
Cuenta cada inhalación y cada exhalación, hasta que llegues a diez.
Empieza de nuevo en uno. Si tu mente divaga, la cual probablemente sucederá, reconoce el pensamiento y continúa contando desde uno nuevamente.
Continúa haciendo esto por aproximadamente 15 minutos. Cuando seas capaz de contar hasta diez repetidamente sin que haya ningún pensamiento intruso, es tiempo de empezar a contar una inhalación y una exhalación como un en lugar de contarlas de forma separada.
En determinado momento serás capaz de simplemente concentrarte en la respiración y abandonar la cuenta. Cuando esto suceda necesitas practicar zazen de forma diaria.
Abre tus ojos y calienta tus piernas y brazos, para aumentar presión arterial hasta su nivel normal.
Medita por 15 minutos la primera semana y ve subiendo 5 minutos cada semana hasta que alcances meditar de 45 minutos a una hora, si puedes.
Si practicas zazen regularmente y gradualmente, tus sesiones de meditación serán mu relajantes y experimentarás una maravillosa calma. No trates de respirar de forma especial, respira de la forma que sea más natural para ti.
Explora la quietud. El Zazen es más que sentarse callado y puede llevar a un profundo descubrimiento de la conciencia oculta dentro de nosotros.
El paso final es logrado explorando la quietud que creamos o descubrimos dentro nuestro mientras estamos sentados.
Tómate el tiempo para observarte y el mundo mientras meditas sentado y luego. Usa todos tus sentidos. Cuando reconoces pensamientos estando sentado meditando o durante tu día, no basta con darte cuenta que hay un pensamiento, debes saber que es lo que estas reconociendo.