Lesiones causadas por abdominales mal hechos (Parte 1)

Jesus L. Rodriguez

Consejos de abodminales.

Abdominales mal ejecutados pueden generar tensiones innecesarias en la espalda, cuello y otras áreas, contribuyendo a problemas musculares y articulares. Identificar y corregir errores comunes en la ejecución de abdominales es esencial para prevenir lesiones.

Evitar lesiones durante la práctica de abdominales es fundamental para garantizar un entrenamiento seguro y efectivo. La correcta ejecución de estos ejercicios es clave, ya que impacta no solo en el desarrollo muscular, sino también en la preservación de la salud. En particular, centraremos nuestra atención en la zona lumbar, la cual desempeña un papel crucial en los abdominales.

Es imperativo evitar cualquier contacto indebido con la zona lumbar, ya que una mala ejecución puede desencadenar diversas lesiones, desde molestos pinzamientos hasta lumbalgias o, en casos extremos, hernias discales.

La clave para prevenir estas lesiones radica en mantener una postura adecuada, evitando arqueamientos excesivos que puedan generar una sobrecarga perjudicial en la región lumbar. Estos consejos son esenciales para garantizar tu seguridad y bienestar durante tus rutinas de abdominales.

Importancia de hacer bien el ejercicio

Destacamos continuamente la importancia de una ejecución adecuada durante el ejercicio, ya que esta no solo impacta en el desarrollo muscular, sino que también influye directamente en nuestra salud.

Enfocaremos nuestra atención en la importancia de mantener una correcta alineación lumbar, crucial para la salud de los abdominales. Es esencial evitar cualquier contacto indebido con esta área al realizar ejercicios abdominales, ya que concentrar la tensión allí puede desencadenar diversas lesiones, desde pinzamientos hasta lumbalgias o incluso hernias discales.

La prevención de estas lesiones se centra en mantener la espalda lo más recta posible, evitando arqueamientos excesivos que generan una sobrecarga perjudicial en la zona lumbar. Estos consejos son vitales para asegurar la seguridad durante tus sesiones de entrenamiento.

Zona lumbar

La zona lumbar desempeña un papel crucial al trabajar el abdomen, siendo una de las partes más involucradas en este tipo de ejercicios.

Aunque teóricamente deberíamos evitar cualquier contacto con la zona lumbar al realizar abdominales, la realidad es que a menudo concentramos la tensión en esta área del cuerpo.

Esta práctica incorrecta puede llevar al desarrollo de lesiones en la zona lumbar, que van desde pinzamientos hasta lumbalgias y hernias discales. Para prevenir tales lesiones, es esencial ejecutar los abdominales de manera que mantengamos la espalda lo más recta posible, evitando arqueamientos excesivos que provocan una sobrecarga perjudicial en la zona lumbar.

Adoptar esta técnica adecuada no solo maximiza los beneficios del ejercicio, sino que también reduce significativamente el riesgo de lesiones.

Zona cervical

Otra de las partes que corre peligro a la hora de trabajar los abdominales es la zona de las cervicales, ya que muchas veces al realizar los ejercicios solemos arquear la columna en esta parte hacia adentro, puesto que obligamos al cuello a doblarse mediante la mala colocación de las manos.

Para evitar esto y prevenir la aparición de distensiones musculares, pinzamientos, tendinitis y otras dolencias, lo que debemos hacer es colocar las manos paralelas a las orejas sin agarrar la cabeza con ellas para así evitar forzarla. Además siempre debemos mirar al frente y evitar doblar el cuello hacia adentro, puesto que la columna debe permanecer lo más recta posible.

Desequilibrios Musculares:

Una ejecución incorrecta de abdominales puede generar desequilibrios en los músculos del core, contribuyendo a problemas posturales y disfunciones musculares.

Problemas de Espalda:

La sobrecarga en la espalda baja puede dar lugar a problemas musculares y articulares, afectando la movilidad y el bienestar general.

Lesiones en los Músculos Oblicuos:

Los abdominales mal ejecutados pueden causar tensiones excesivas en los músculos oblicuos, provocando molestias y posiblemente lesiones.

Compromiso de la Estabilidad del Core:

Una técnica incorrecta compromete la estabilidad del core, debilitando los músculos abdominales y aumentando el riesgo de lesiones a largo plazo.

Problemas en la Pelvis:

La mala ejecución de abdominales puede afectar la pelvis, generando molestias y posiblemente contribuyendo a problemas como la disfunción del suelo pélvico.

Impacto en las Articulaciones:

Movimientos bruscos y técnicas incorrectas pueden tener un impacto negativo en las articulaciones, aumentando el riesgo de lesiones articulares.

Zona abdominal a trabajar:

Lo ideal es trabajar la zona inferior de los abdominales centrales y lo oblicuos. Para ello debes combinar varios ejercicios. Los más recomendados son:

Elevaciones de pierna, las elevaciones de torso con giro y los encogimientos.

Tengan cuidado al realizar los abdominales, pues al ejecutarlos mal pueden provocar un abdomen abultado (disparado hacia fuera). Lo ideal es formar un abdomen plano y equilibrado.

Lo mejor para un abdomen sano, plano y libre de hernias es trabajar toda la zona abdominal, y realizar todo tipo de abdominales con el estomago “hacia adentro” es decir “hundido” siempre se debe realizar así.
También junto a lo anterior debes regular las respiración.

¿Qué hacer en caso de un desgarro?

Cuando te enfrentas a un desgarro, es crucial seguir ciertos pasos para facilitar una recuperación efectiva.

En caso de experimentar un desgarro causado por abdominales mal ejecutados, es crucial tomar medidas inmediatas para minimizar el daño y acelerar la recuperación. Aquí te presento algunos pasos que puedes seguir:

Detener la actividad:

Tan pronto como sientas el desgarro, interrumpe cualquier actividad física y evita aplicar presión adicional en la zona afectada.

Aplicar hielo:

Aplica hielo sobre la zona afectada de inmediato para reducir la inflamación. Mantén el hielo durante 10 a 15 minutos cada hora durante las primeras 48 horas.

Compresión:

Utiliza un vendaje compresivo para reducir la hinchazón. Asegúrate de no apretar demasiado, ya que esto podría empeorar la lesión.

Elevación:

Eleva la parte del cuerpo afectada para ayudar a reducir la hinchazón y mejorar el flujo sanguíneo.

Descanso:

Es fundamental darle tiempo a tu cuerpo para recuperarse. Descansa la zona afectada y evita cualquier actividad que pueda causar más tensión en los músculos abdominales.

Consulta a un profesional de la salud:

Busca la orientación de un médico o fisioterapeuta para evaluar la gravedad de la lesión y recibir un plan de tratamiento específico. Pueden recomendarte ejercicios de rehabilitación y proporcionar asesoramiento personalizado.

Evitar el calor inicialmente:

En las primeras etapas, evita la aplicación de calor, ya que esto puede aumentar la inflamación. Opta por el hielo durante las primeras 48 horas.

Seguir las indicaciones médicas:

Sigue todas las recomendaciones y pautas proporcionadas por el profesional de la salud para garantizar una recuperación efectiva y prevenir futuras lesiones.

Descansa al menos una semana antes de reanudar cualquier actividad física.

Durante este período, es crucial abstenerse de realizar masajes directos en el área afectada.

A partir de la segunda semana, cuando la hemorragia haya disminuido, puedes incorporar terapias adicionales como termoterapia, ultrasonidos, así como masajes específicos en las inserciones, desfibrosantes y amasamientos longitudinales.

La recuperación

La recuperación de un desgarro causado por abdominales mal hechos implica adoptar una estrategia a largo plazo para fortalecer la zona afectada y prevenir futuras lesiones. Aquí hay algunos pasos adicionales que puedes considerar:

Rehabilitación gradual:

Una vez que la fase inicial de reposo ha pasado, inicia una rehabilitación gradual. Trabaja con un fisioterapeuta para desarrollar un programa de ejercicios específicos que fortalezca los músculos abdominales de manera segura y progresiva.

Estiramientos suaves:

Incorpora estiramientos suaves para mejorar la flexibilidad de los músculos abdominales. Estos deben realizarse con precaución y bajo la guía de un profesional para evitar tensiones adicionales.

Fortalecimiento progresivo:

A medida que te recuperas, implementa ejercicios de fortalecimiento abdominal de forma progresiva. Comienza con movimientos suaves y controlados, y aumenta gradualmente la intensidad a medida que la fuerza muscular mejora.

Mantenimiento de la postura adecuada:

Presta atención a tu postura tanto durante el ejercicio como en tus actividades diarias. Mantener una alineación adecuada ayuda a prevenir la recurrencia de lesiones.

Escucha a tu cuerpo:

Presta atención a cualquier señal de molestia o dolor durante el ejercicio y ajusta tu rutina en consecuencia. La paciencia y la prudencia son clave para evitar recaídas.

Consulta regular con profesionales:

Programa consultas regulares con un fisioterapeuta o médico para evaluar tu progreso y ajustar tu plan de recuperación según sea necesario.

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