Hoy queremos hablar sobre un alimento sumamente beneficioso, se trata de las flores de calabaza, ¿alguna vez las has probado? Se trata de un alimento excelente sumamente recomendable que tiene mucho para aportarnos. En esta serie de notas queremos hablarte sobre todas sus propiedades y cómo puedes incluirlo en tu dieta diaria, de forma que les saques el máximo provecho, ¡presta mucha atención!
Te contamos que las flores de calabaza son un alimento sumamente versátil, las mismas pueden añadirse a ensaladas, sopas, salteados, o rebozadas entre otras preparaciones, aunque el inconveniente que presentan es que no duran mucho tiempo en el frigorífico. Entre sus propiedades también encontramos que es un alimento bajo en grasas saturadas y sodio, y muy bajo en colesterol; casi el 90% de su contenido es agua y son una buena fuente de vitamina A y C, y del grupo B, como B1, B2, B3, B9; y minerales como el hierro, calcio, magnesio, fósforo y potasio.
Si bien estas flores no tienen tanta vitamina A como las calabazas, lo cierto es que sí tienen un mayor contenido de vitamina C y B9 de las flores de calabaza y no contienen nada de fibra. Las mismas pueden cocinarse de múltiples formas, a continuación te hablamos sobre esto, ¡no te pierdas la próxima nota con nuestros consejos!
Se caracterizan por poseer abundante cantidad de agua (95,15 g por 100 gramos de parte comestible) y poca grasa, tan sólo 0,24 gramos por 100 gramos de parte comestible.
Son ricas en calcio (39-47 mg por 100 gramos de parte comestible, según diferentes autores) y fósforo, esto hace que estén recomendadas en etapas de crecimiento y en personas que padezcan de osteoporosis.
También poseen potasio, hierro y magnesio.
Poseen Vitamina A (en menor proporción que la calabaza), vitaminas del complejo B (B1, B2, B3), Vitamina C y ácido fólico, estas dos últimas se encuentran en una proporción mucho mayor que en la calabaza.
Podemos usar las flores de las dos variedades de calabaza, es decir, tanto las de verano como las de invierno.
Pero las más utilizadas para uso culinario son las de la calabacita (Curcubita pepo). El suave sabor (delicado y dulzón) de sus pétalos combina muy bien con el de diversos preparados.
Lo que hace que se pueden consumir tanto crudas, en ensaladas como cocinadas (cocidas en guisos, en sopas o fritas después de pasarlas por una pasta como la de los buñuelos).
Son las más habituales en la gastronomía Italiana como relleno de ravioles y croquetas. Y en México se emplean como tamales, tortitas, quesadillas y sopas. Tal es el uso en estos lares que la revista «Cuadernos de Nutrición» señala que México es el país con mas recetas culinarias en las que intervienen estas flores.
En esta nación la producción de flor de calabaza, es una de las opciones más rentables e importantes a nivel nacional, debido, a su gran demanda para el consumo alimenticio; la flor de calabaza la podemos encontrar industrializada; enlatada en salmuera, sopas y cremas.
Beneficios:
La flor de calabaza evita la oxidación del LDL.
Estimula la formación de enzimas anticancerosas.
Fomenta la formación de glóbulos blancos.
Bloquea el desarrollo de las células malignas.
Estimula la producción de enzimas reparadoras.
Protege contra las cataratas, la degeneración macular y contra la retinopatía diabética.
– Son ricas en calcio y fósforo, por lo que son adecuadas para tomar en etapas de crecimiento para los niños y muy recomendadas para personas que tienen problemas de osteoporosis.
– Las flores de la calabaza estimulan la formación de enzimas reparadores y enzimas anticancerosas, y ayudan a bloquear el desarrollo de las células malignas.
– También son capaces de fomentar la formación de glóbulos blancos, responsables de la respuesta inmunitaria, y defendiendo al organismo de agentes infecciosos u otros ataques externos.
– Protege de ciertos problemas de visión, como son las cataratas, la retinopatía diabética y la degeneración macular, que suelen aparecer en personas de mediana edad o en personas que padecen diabetes, la cual causa daños a los vasos sanguíneos que irrigan la retina.
– Evita la oxidación del LDL o lipoproteínas de baja densidad, o también llamado colesterol malo.
– Es muy digestiva, pudiéndose comer tanto cruda como cocinada, aunque si se quiere asegurar una buena digestión, especialmente si se sufren de digestiones pesadas, se recomienda no consumir platos muy elaborados, y eliminar los fritos de la dieta.
Precauciones:
– No adquirirlas en floristería ni de jardines ya que llevan muchos sulfatos pesticidas, por lo que pueden resultar tóxicas. Lo ideal es tener un huerto propio (estrictamente prohibido usar todos los funguicidas, insecticidas, herbicidas y acaricidas de uso habitual en el jardín en plantas que van a ser consumidas crudas o cocidas) o comprarlas en tiendas especializadas.
– En definitiva sólo debemos consumir las flores bien identificadas y de procedencia segura.
– Antes de usarlas se deben lavar muy bien con agua fresca y con cuidado para evitar estropear sus pétalos.
– Una vez limpias, para que se sequen hay que colgarlas por el tallo para que se escurran bien.
– Al ser flores muy delicadas no se pueden conservar más de 24 horas en el frigorífico, lo ideal es adquirir sólo las que vayamos a consumir.
que maravilloso saver que tienes cosas naturales para la salud