Hoy vamos a hablar sobre un elemento fundamental que no puede faltar en nuestra dieta diaria, se trata de la vitamina C. Como siempre decimos, es muy importante mantener una alimentación equilibrada que incluya todos los grupos de alimentos. Hoy te contamos en qué lugares puedes encontrar esta vitamina tan importante y por qué es tan importante,
La mayor fuente de vitamina C son las frutas, entre ellas encontramos a el pomelo, kiwi, guayaba, fresas, uva, piña, manzana, naranja, mandarina y limón entre otras. Y además, también la encontramos en las verduras, como el brócoli, cebolla, coliflor, col, espinaca, patata, rábano y tomate. Por tanto, si estamos acostumbrados a seguir una alimentación sana ya de por sí es común que estos alimentos estén incluidos en nuestro menú diario.
Uno de los principales beneficios que obtenemos a través de la vitamina C es la prevención de enfermedades muy comunes en esta época. Con esto nos referimos a las típicas enfermedades de las vías respiratorias por el frío. Esto se debe a que esta vitamina fortalece nuestro sistema inmunológico, por tanto es de gran ayuda a la hora de prevenir catarros, resfriados y neumonía.
Por otro lado, una alimentación rica en vitamina C también debe ir complementada por otra clase de alimentos como los lácteos, agua, legumbres, carnes y pescados, y cereales integrales. De esta forma tenemos un consumo adecuado de fibra, ya que debido a las bajas temperaturas la población tiende a consumir más harinas y chocolates, lo cual influyen en el desarrollo de la obesidad.
Una de las formas de consumir las cantidades de vitamina C que necesitamos a diario es a través de los zumos frutales, de esta forma también estamos manteniendo al organismo hidratado y lo hacemos de una forma deliciosa. Las sopas y ensaladas también son de gran ayuda a la hora de consumir las verduras y hortalizas que necesitamos . Lo importante es recordar que debemos mantener un menú equilibrado que incluya todo tipo de alimentos.
Frutas ricas en vitamina C
Probablemente estas ya las conozcas, pero seguro que no todas, y hay algunas realmente interesantes y que casi seguro que nunca hayas probado. Las frutas más famosas que contienen alta cantidad de vitamina C son la naranja, el limón y el kiwi, especialmente este último.
Pero, ¿sabías que frutas como las frambuesas, las guabayas y en especial las grosellas tienen ingentes cantidades de vitamina C? Y eso por no mencionar que están muy buenas.
Verduras con alto contenido de vitamina C
Estas si no te gusta la comida un poco amarga quizá te cueste más añadirlas a tu dieta, pero las espinacas, las coles de Bruselas y el brócoli (que por cierto tiene muchísimas propiedades beneficiosas además de esta) son algunas de las verduras que si incluyes en tu dieta estarás metiendo a tu cuerpo vitamina C por un tubo.
Hígado, una carne rica en casi todo tipo de nutrientes
El hígado es el órgano dentro de los animales donde se digieren y separan la mayoría de nutrientes, y es por ello que el hígado de cualquier animal es rico en muchas cosas: proteína, vitaminas… pero cuidado, también en grasas. Por supuesto también es rico en vitamina C, de hecho es uno de los mejores alimentos en este sentido ya que contiene más de 150 mg de esta por cada 100 g.
Existen más alimentos con vitamina C, como los frutos secos, los embutidos, el pollo y el pato o las legumbres, pero no tanto como los que mencionamos anteriormente, así que tenlo en cuenta a la hora de decidir que alimentos vas a tomar para ingerir la cantidad de vitamina C que necesita tu cuerpo.
Estas son algunas de las razones por las que nos haría muy bien mantener una alimentación sana y rica en vitamina C, de esta forma no solamente mejoraremos la calidad de vida, sino que también evitaremos procesos crónicos y degenerativos. Una muy buena razón para comenzar a consumirla, ¿no crees?
Todos estos consejos son solo orientativos y los pacientes con problemas de nutricion deben consultar a un nutricionista o dietista titulado para recibir las indicaciones dietéticas más adecuadas en cada caso. No inicie ninguna dieta no convencional sin consultar previamente con un profesional de la salud.
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