La espirulina es un organismo unicelular procariota, aunque muchas veces se la agrupa en la familia de las algas verde-azuladas. Prolifera en ambientes cálidos y alcalinos, y ha sido considerada como un súper alimento por sus sorprendentes y abundantes beneficios para la salud.
Y tal es el beneficio que estas algas aportan a la dieta humana que han sido recomendadas por la ONU, junto a otras microalgas, para combatir la malnutrición y en casos de emergencias humanitarias, así como implementada en la dieta de las personas que realizan viajes espaciales de la NASA.
Nutrientes de la espirulina
El aporte nutricional de estas "plantas acuáticas" ha sido comprobado a lo largo de la historia por numerosas culturas, como la azteca que la obtenían del lago Texcoco, o la tribu de los Kanenmbu del lago Chad, lo cual es sorprendente, ya que en dichas culturas no tenían las herramientas que hoy tenemos para conocer detalladamente sus componentes: 65 o 70 por ciento de proteínas; un conjunto de aminoácidos requeridos por el cuerpo humano y suministrados de una forma mucho más digerible que la carne vacuna, por ejemplo, entre 10 y 15 por ciento de hidratos de carbono y alrededor de un 7 por ciento de ácidos grasos esenciales.
Además, la espirulina proporciona buenas dosis de vitamina A, vitaminas del complejo B, vitamina E, ficocianina, porfirina y varios minerales.
Este impresionante conjunto de nutrientes posibilita que la espirulina sea un excelente remedio para tratar muchos problemas de la salud. Se ha constatado que, tras 6 u 8 semanas de consumo, la espirulina contribuye a bajar los niveles de azúcar en la sangre, por lo que resulta muy efectiva para la diabetes. También es muy beneficiosa para regular los niveles de colesterol y los triglicéridos, así como resulta una buena fuente para mejorar la salud cardiaca gracias a su contenido en ácido gamma-linoleico.
Beneficios de la espirulina
Pero los beneficios de esta alga continúan: mejora la función inmune, incrementa los factores antiinflamatorios del organismo, alivia y restituye los tejidos gracias a sus contenidos de clorofila, refrena la reproducción bacteriana, beneficia el hígado, impulsa la producción de glóbulos rojos, y presenta excelentes propiedades antioxidantes.
Además se destaca el papel que puede jugar la espirulina en la prevención y tratamiento del cáncer, debido al impulso que realiza sobre la liberación de sustancias químicas que combaten las células tumorales.
Debido a todos estos beneficios, los suplementos alimenticios en base a espirulina han adquirido gran popularidad entre médicos, nutricionistas y deportistas, consumiéndola a través de cápsulas o en polvo.
Las cantidades recomendadas para su ingesta son de 1 a 5 gramos al día y divididos en varias tomas.Algunas formas de hacerlo pueden ser añadiéndola a jugos de frutas, sopas, pastas y hasta en yogur. Así como también a través de las tabletas de espirulina prensada que se encuentran en supermercados y tiendas de nutrición.
Antes de consumirla, consulta con tu médico sobre la conveniencia de incorporar este suplemento, pues aunque sea muy bueno para la salud, no está exento de algunos inconvenientes, como dolores de cabeza y musculares, falta de concentración, sudoración, extreñimiento, fiebre, mareos o erupciones cutáneas.