Beneficios de reconsiderar el tamaño de una porción. A veces el tema de las porciones son toda una “institución” en la familia; cuando estas porciones son “tradicionalmente” generosas no es un proceso sencillo disminuirlas, y mucho menos drásticamente.
El objetivo, como es lógico, es trabajar en pos de obtener recetas más saludables, recetas más creativas, que de una forma u otra terminen significando mejoras para nuestra salud y organismo en general. No importa cuánto reducir, cambiar o eliminar los ingredientes, algunas de las recetas puede seguir siendo alta en azúcar, grasa o sal, por lo que la única solución en estos casos sólo puede pasar por una reducción en el tamaño de la porción en su lugar.
Acerca de cómo bajar las porciones, no hay misterio: deben ser más pequeñas en alguna medida. Lo que quiero compartir son algunos consejos para sufrir menos ese impacto.
- Baja la velocidad al comer. Come tus comidas más lentamente para darle a tu cuerpo la oportunidad de registrar el hecho de que estés “llenando el tanque”. Deposita el tenedor en el plato entre bocado y bocado, si es necesario. Créeme que vas a comer menos en el largo plazo.
- Comprueba fehacientemente el tamaño de las porciones; de ser necesario usa una balanza para asegurarte que las estás disminuyendo en realidad. Muchas comidas no son sencillas de separar en partes iguales por lo que es difícil (a no ser por el peso) medir con exactitud una parte o porción cierta. Entrénate con el uso de pequeños platos, cucharas y tazas. Y aprende a usar señales visuales comunes para medir o entender porciones como por ejemplo una porción de pasta integral cocida es aproximadamente del mismo tamaño que un CD, por ejemplo.
- Planea con anticipación cuando se come fuera. Es muy fácil desbordarte cuando comas fuera de casa. Toma las precauciones necesarias, tales como la división de un plato con un compañero de mesa, alejar la cesta del pan, o pedir un recipiente para llevar a casa la mitad de tu comida.