Epilepsia, causas y consejos

Jesus L. Rodriguez

 

La epilepsia es una enfermedad caracterizada por episodios de súbita alteración del comportamiento, debido a una actividad eléctrica cortical-aberrante.

Presenta modificaciones notables en el comportamiento del paciente, pudiendo ir de una simple desconexión del ambiente, hasta una pérdida de conciencia, con movimientos descontrolados de los músculos del rostro, y/o de los miembros.

El paciente puede tener o no pérdida de conciencia.

Causas posibles:

–       Exposición de agentes tóxicos (plomo, alcohol, etc.)

–       Eclampsia

–       Episodios febriles

–       Concentración de episodios estresantes.

–       Cansancio (falta de reposo suficiente en la noche)

–       Choque térmico

–       Hipoglucemia acentuada (resultado de desayunos livianos, o inexistentes; alimentación refinada y muy dulce)

–       Marcada diferencia deficiencia de calcio, magnesio, y vitaminas del complejo B (especialmente la vitamina B)

Medidas sugerentes:

–       Siga la orientación médica

–       Reorganice su estilo de vida (evite el estrés)

–       Practique ejercicios regularmente (1 o 2 horas diarias, 4 o 5 veces por semana)

–       Evite alimentos ricos en grasas saturadas (manteca, frituras, carnes gordas, quesos amarillos, pescado con cuero, frutos del mar, etc.)

–       Coma verduras y hortalizas en abundancia.

–       Adopte cereales integrales siempre que sea posible.

–       Abandone los alimentos estimulantes (café, mate, te negro, chocolate, gaseosas, pimientas, vinagre, caldos de carne, etc.)

–       Refuerce las vitaminas B

–       Siga las 4 comidas diarias rigurosamente (un buen desayuno, un almuerzo nutritivo, merienda liviana, y una cena liviana)

LO QUE HAY QUE HACER

» Mantenga la calma y no se asuste. No sujete ni trate de reanimar a la persona; por lo general, recuperará la conciencia en pocos minutos. No intente sujetarlo para que no convulsione.

» Evite que se haga daño. Aléjelo de objetos peligrosos. Sujételo, si es posible, para evitar que se dañe al caer e intente tumbarlo de un lado en el suelo o en una superficie blanda. Colóquele una almohada o algo blando debajo de la cabeza para evitar que se golpee.

» Ayúdele a respirar. Intente despejar las vías respiratorias (nariz y boca). Afloje el cuello de la camisa, corbata u otra prenda ajustada que pueda dificultarle la respiración. Una vez pasada la crisis, recuperará su ritmo respiratorio.

» No interfiera en sus movimientos. Tome su cabeza y evite que se golpee. Puede ponerlo de costado para que respire mejor y pueda expulsar los vómitos, si los hubiera. No trate de abrirle la boca a la fuerza. Sólo conseguirá dañarle a él y a usted mismo. La mordedura de lengua ocurre en la primera fase de la crisis y es un daño menor al que le ocasionaría si intentara abrir la mandíbula en contracción. No coloque pañuelos ni otros objetos entre sus dientes, sólo conseguirá dificultarle la respiración.

» Observe atentamente todo lo que ocurre durante la crisis. El elemento más útil para un adecuado diagnóstico de las crisis es un relato lo más detallado posible de todo lo que ocurre durante ellas. Esta información es más importante que cualquier prueba diagnóstica que pueda efectuarse posteriormente.

» Espere pacientemente. No es necesario llevar a la persona a un servicio de urgencia, excepto si la crisis dura más de 15 minutos, o si se repite una crisis tras otra sin recuperar la conciencia. Es frecuente que después de la crisis el paciente caiga en un sueño profundo o se encuentre cansado y algo desorientado. No le interrumpa, déjelo descansar hasta que se recupere totalmente.

LO QUE NO SE DEBE HACER

✘ No es necesario realizar respiración artificial. Los cambios de coloración de la piel se producen a causa de la reactividad de los vasos cutáneos. No hay riesgo de que el paciente se ahogue con su lengua. Los ruidos se deben a la falta de coordinación de la respiración y al aumento de secreciones. Al terminar la crisis recuperará su ritmo respiratorio normal.

✘ No debe sacudir o golpear al epiléptico. La crisis comienza y se interrumpe de forma espontánea.

✘ No hay que ponerle alcohol en la frente. No hay razón para frotarle la frente con alcohol. Esta medida no tiene ninguna utilidad para controlar las crisis convulsivas y, en cambio, se corre el riesgo de que se produzcan lesiones químicas si el alcohol entra en contacto con los ojos. No hay que echarle agua ni realizar otras medidas para despertarlo. El paciente estará sin conciencia mientras dure la crisis y sólo se le puede perjudicar.

✘ No es útil administrarle medicamentos por la boca. El epiléptico está inconsciente y el mecanismo para tragar está falto de coordinación en ese momento, por lo que se puede provocar un cuadro de asfixia. Además, los medicamentos anticonvulsivos no hacen efecto inmediatamente, por lo que no tienen efecto en una crisis aguda. Los cambios en el control de las crisis se aprecian cuando los fármacos ya han llegado a la sangre en cantidades suficientes y tras siete días como mínimo de iniciar un tratamiento. No administrar fármacos por vía intramuscular, dado que la crisis ya ha terminado cuando inician su efecto y lo que se consigue es dejar al paciente más somnoliento después de terminar ésta.

✘ Pasada la crisis no se necesita ningún sedante. Una vez que el epiléptico deja de convulsionarse y está dormido, ya no es necesario ningún sedante. Los medicamentos que se usan son sedantes de acción corta (su efecto dura entre 20-24 minutos), por lo que una vez pasada la crisis no tienen utilidad.

Articulos Relacionados