El té blanco es uno de los productos más valorados de la planta conocida como Camellia Sinensis, responsable también de todas las otras variedades de té que existen. Es que las propiedades de esta delicada infusión son realmente notables.
En la mayoría de las regiones en las que se cultiva el té, se cosecha durante todo el año debido a su clima cálido. El té no crece durante el invierno y es en primavera cuando se pueden ver los primeros brotes.
Durante sólo unos días, cuando las hojas del té están brotando, después de un invierno de letargo, se recogen únicamente los brotes más jóvenes, aún cubiertos de un corto vello blanco. En este momento los brotes están llenos de energía y de todos los nutrientes. Por todo ello el té blanco conocido como el Yinzhen (agujas de plata) es un producto tan caro, exquisito y saludable.
el té blanco es capaz de proteger la producción de lípidos 10 veces mejor que el té verde. Además este té por sí solo es bastante más eficaz que la vitamina C y la vitamina E juntas.
El té blanco cuenta con una particularidad que lo diferencia de muchas otras bebidas de características similares: no tiene prácticamente contraindicaciones en su haber y solamente algunas circunstancias muy puntuales, pueden privarte de disfrutar de esta bebida.
Ayuda a perder peso: uno de los principales motivos por los cuales el té blanco es bueno para perder peso, es que tiene capacidades para acelerar el metabolismo. Esto favorece a quemar calorías y lípidos de manera más ágil.
Por otra parte, el consumo de té blanco es bueno tanto para el tránsito intestinal, como para aumentar la capacidad urinaria. Es por esto que puede ser considerado diurético y depurativo, colaborando con la eliminación de grasas y toxinas del organismo.
Es antioxidante
Los antioxidantes permiten que el cuerpo elimine los radicales libres (moléculas que se forman producto de las reacciones químicas que ocurren en nuestro organismo, y que son dañinas). El té blanco, al ser poco procesado, posee gran cantidad de antioxidantes, y es tres veces mayor su poder que el del té verde. Esto significa que una taza de té blanco contiene 12 veces la cantidad de antioxidantes que un vaso de jugo de naranja.
Disminuye la obesidad, la hipertensión y el colesterol
El té blanco contiene poca cafeína, y menos que el té verde, pero suficiente para ayudar a elevar el metabolismo. La cafeína activa un proceso conocido como termogénesis, el cual estimula al sistema nervioso a liberar la grasa en el torrente sanguíneo, para ser utilizado como combustible. Además, el té blanco puede ser capaz de prevenir el crecimiento de nuevas células de grasa. Otros estudios han demostrado que el té blanco ayuda a mejorar la función arterial, dando lugar a una mejor circulación, así como disminuye la presión arterial. Por otro lado, los antioxidantes en el té blanco pueden ayudar a reducir el colesterol y prevenir el endurecimiento de las arterias.
Previene el cáncer
La eliminación de los radicales libres ayuda a prevenir muchas formas de cáncer. Beber té blanco con regularidad puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer de piel, pulmón, colon y otros.
Contiene propiedades antibacterianas
Los investigadores han encontrado que el té blanco tiene la capacidad de inhibir el crecimiento de bacterias, especialmente las de Staphylococcus y Streptococcus. Además de estimular el sistema inmunológico para combatir las enfermedades, el té blanco puede ayudar a eliminar algunas de las bacterias que causan enfermedades.