El té blanco, una de las diferentes variedades de té que se obtienen a partir de la planta llamada Camellia Sinensis, es una de las más distinguidas, sin duda alguna. Obtenido de las altas montañas de la China, este delicado té se caracteriza por ser uno de los más costosos y complicados de conseguir, pero también uno de los que tiene mejor propiedades en su haber. Su capacidad rejuvenecedora y su poderío antioxidante, por ejemplo, lo convierten en perfectamente indicado para la piel.
Todo radica en los grandes poderíos antioxidantes que contiene el té blanco. De hecho, esta variedad tendría dentro de su composición tres veces más polifenonles que el té verde. Esto lo posiciona como un poderoso enemigo del envejecimiento, dada su capacidad para combatir los radicales libres que circulan por el organismo.
Pero no solamente en esto se queda su acción beneficiosa para la piel. Es que el consumo habitual del té blanco, además, ayudaría a la elastina y el colágeno, dos de las proteínas estructurales más notables del cutis. De hecho, se está volviendo bastante habitual la cosmética con té blanco.
Por estas razones, consumir habitualmente té blanco para la piel puede reportar interesante beneficios a largo plazo para mantener el cutis radiante y rejuvenecido.
Yo combino desde hace 12 años el té verde con el blanco y todo son beneficios. Claro, es que estas hierbas son buenas a medida que pasa el tiempo y con la constancia!. Todo el mundo me dice que tengo una piel de cara y cuerpo fantástica….. La verdad es que yo me siento fenomenal.