El fin de semana estuvimos discutiendo una serie de errores que comúnmente se cometen cuando se hace dieta, vimos como la alimentación, el ejercicio y el descanso son factores fundamentales que no podemos pasar por alto, aunque, no los únicos. Te mostramos qué otros puntos debes tener en cuenta también. ¡Presta mucha atención!
Primero que nada, es especialmente importante en esta temporada mantenernos correctamente hidratados, para eso debes beber mucha agua, aunque, también puedes obtener el líquido a partir de batidos, zumos naturales y tés.
Por otro lado, en lugar de esconder tus defectos, resalta más aquellas partes de tu cuerpo que te gustan, de modo que desvíes la atención. Por ejemplo, si tienes las caderas muy anchas esculpe hombros, brazos y pecho para ayudar a equilibrar el conjunto.
También es muy importante que al alimentarte comas hasta saciarte, aunque, sin empacharte, la moderación es un factor fundamental en estos asuntos. Es importante paliar tu hambre pero no comas con ansiedad ni rápidamente, ya que, de esta forma lo único que lograrás es comer mayores cantidades de lo que realmente necesitas.
Otro punto muy importante es controlar nuestros niveles de estrés, ya que estos provocan ansiedad, lo que nos hace aumentar de peso. Haz un esfuerzo por relajarte. Y por último, alterna la velocidad de tu rutina de ejercicio cardiovascular para activar tu metabolismo y acelerar la quema de grasa.
Evitar el pan y la pasta:
Falso. No hay que descartar la pasta y el pan, sino consumirlos de forma moderada y sin mezclar con otros alimentos ricos en grasas. La recomendación es tomar 6 raciones de cereales al día. “Una ración de pan son 30 gramos”, resalta la especialista quien recuerda que los hidratos de carbono proporcionan 4 kilocalorías por gramo frente a las 9 de las grasas y las 7 del alcohol, además de ser fuente de fibra. Apunta, no obstante, que los hidratos de carbono se metabolizan peor por la noche, pero eso no quita “para cenar una sopa con un puñadito de fideos y una fruta o lácteo con el fin de facilitar la digestión”.
Tomar fruta después de las comidas engorda:
Falso. La fruta tiene bajo contenido calórico, el mismo si se toma antes, durante o después de las comidas. Existe el riesgo de dejar de consumirla y eso, a la larga, puede provocar deficiencias nutricionales. También se cree que la fruta como colofón de la comida disminuye la absorción de nutrientes, algo inexacto ya que incluso lo favorece (por ejemplo, la vitamina C de la naranja facilita la absorción del hierro).
Los alimentos integrales no engordan:
No es del todo correcto. Sí es cierto que aportan más fibra, vitaminas, minerales y fitoquímicos (sustancias derivadas de plantas cuya ingesta beneficia a la salud) que los no integrales y provocan mayor sensación de saciedad. Aranzazú Aparicio advierte ante productos integrales de bollería que contienen gran cantidad de grasa, especialmente saturada, que aumentan las calorías y y el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Consumir de forma indiscriminada alimentos light o bajos en calorías:
Existe la creencia de que la energía que aportan los alimentos light es insignificante y se suele abusar de ellos. Es verdad que aportan menos calorías que sus homólogos si se consumen en igual proporción. Pero algunos de estos alimentos contienen una elevada cantidad de grasas y azúcares y un mayor contenido en aditivos necesarios para su elaboración.
No beber agua durante las comidas: Falso.
El agua no aporta calorías al no contener nutrientes.
Tomar agua durante las comidas, no sólo ayuda a mejorar el estado de hidratación, sino que también ayuda a llenar el estómago y sentirnos llenos.
Aquí terminamos la lista de consejos que teníamos preparados. Esperamos que los mismos te sean de gran ayuda y que puedas recibir al verano en forma. ¡Mucha suerte!