Ejercitarnos para mejorar la vista II

Jesus L. Rodriguez

Ejercitarnos para mejorar la vista II

Continuamos aquí con las recomendaciones para mantener una ?vista de lince? durante la mayor parte de nuestra existencia. En la primera entrega de la serie de ejercicios oculares indicamos las prácticas de cambio de foco, balanceo y varilla.

En esta ocasión te aportamos otros ejercicios igualmente importantes para mantener activos los músculos exteriores e interiores del globo ocular.

Palming: Destinado a descansar nuestros ojos y nuestra mente, aliviando las tensiones. Consiste en cerrarlos y cubrirlos con la palma de las manos, sin presionar, al mismo tiempo que  visualizas el color negro. Imagina la oscuridad total. Estarás más confortable si lo haces sentado y apoyando los codos sobre una mesa. Los ojos se relajan transcurridos unos minutos.

Hatha Yoga para los ojos: Estos ejercicios pueden utilizarse para dar un tono correcto a los músculos que controlan el movimiento y el mecanismo de enfoque de tus globos oculares. Realizándolos en un estado de consciencia relajado, ayudan a clarificar los ojos y eliminar el enrojecimiento.
Una vez relajado el cuerpo, observa que tan  relajados están tus ojos y date cuenta de que estás en un estado de consciencia tranquilo, tal vez meditativo…
Entre cada ejercicio de Hatha Yoga, se recomienda hacer palming.

1-Sin enfocar tu mirada en ningún punto, mira hacia arriba y después hacia abajo, cinco veces, lentamente y sin forzar, después, descansa tus ojos haciendo 30″ de palming, imaginando el color negro cada vez mas negro.

2- Luego, mira de un lado a otro de tu campo de visión, cinco veces, lentamente, sin forzar, después descansa haciendo 30″ de palming.

3- A continuación, mira desde el ángulo superior derecho hacia  el  ángulo  inferior  izquierdo de  tu campo de visión, cinco veces, lentamente, sin forzar, después descansa haciendo 30″ de palming.

4- Continúa  mirando desde el ángulo superior izquierdo al ángulo inferior derecho de tu campo de visión, cinco veces, lentamente, sin forzar, después descansa haciendo 30″ de palming.

5- De una manera totalmente relajada, levanta los ojos hacia lo alto de tu campo de visión y lentamente, describe tres semi-círculos ida y vuelta, después descansa haciendo 30″ de palming, visualizando el color negro cada vez más negro.

6- Ahora, permaneciendo relajado, baja suavemente los ojos hacia abajo de tu campo de visión, y describe suavemente tres semi-círculos ida y vuelta. Descansa haciendo 30″ de palming, recuerda visualizar el color negro.

7-De una manera relajada y tranquila, describe tres círculos completos, recorriendo todo el contorno de tu campo de visión, tres veces en un sentido y tres veces en el otro, después, descansa haciendo  30″ de palming.

1. Parpadea a menudo y, cada diez minutos más o menos, fija la vista en un objeto lo más distante posible por espacio de cinco o diez segundos.

2. A media jornada es aconsejable ejecutar un simple ejercicio de palmeo que favorece la relajación de los ojos y de todo el cuerpo. Se realiza sentado y consiste en tapar los ojos con la palma de las manos ligeramente ahuecada, sin llegar a presionar los ojos. Los dedos de una mano se colocan encima de los de otra, sobre la frente. Luego se cierran los ojos, se respira profundamente y uno se imagina que son los ojos los que están respirando.

Este simple ejercicio puede durar unos diez minutos y puede repetirse al final de la jornada laboral, junto a un masaje circular de los ojos.

3. Cambios de mirada. Con los ojos abiertos dirige la mirada hacia arriba y abajo, a derecha e izquierda y haz un círculo. Lo repites después con los ojos cerrados. Hazlo 3 veces.

4. Parpadeos. Con los ojos cerrados y relajados, despega suavemente el párpado superior. Vuelve a cerrarlo,  hasta que lo sientas pegado al ojo y vuelve a despegarlo. Repítelo de 5 a 10 veces.

5. Pellizcos en las cejas. Con los dedos índice y pulgar, pellizca la parte interna de la cejas (la parte que está tocando el entrecejo) y después sigue todo el recorrido de la cejas a pequeños pellizcos. Repítelo de 3 a 5 veces.

Una vez que hayas terminado con la rutina, realiza rotaciones con el cuello hacia ambos lados para poder relajar los músculos de tu rostro. Recuerda que los movimientos deben ser muy suavecitos y lentos. Si eres constante, notarás los beneficios.

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