Muy pocas veces solemos incluir algunos ejercicios para mejorar flexibilidad en nuestra rutina, después de todo si somos realistas, las personas suelen solo centrar sus rutinas de ejercicios en la quema de calorías, descuidando de paso un montón de otros aspectos importantes, como es el caso de la flexibilidad.
La flexibilidad es tan importante para nuestro cuerpo que los especialistas hablan de que este aspecto, es el tercer pilar dentro del fitness, esto junto con el acondicionamiento cardiovascular y el entrenamiento de fuerza.
Pero porque el estiramiento llega a ser tan importante, la respuesta está en que nos ayudara a desarrollar de mejor manera un montón de tareas cotidianas e incluso nos ayudara a prevenir enfermedades. Si nos centramos en un par de estudios, las estadísticas dicen que las personas mayores de 40 años que cuentan con una rutina para mejorar la flexibilidad, cuentan con una mejor postura corporal y una menor rigidez en las paredes arteriales, lo que se traduce en un menor porcentaje de riesgo de sufrir de algún accidente cerebrovascular o ataque cardíaco.
Otro factor a considerar para comenzar a practicar ejercicios para mejorar flexibilidad, tiene relación con que la práctica regular de estos ejercicios hará que los músculos y tendones mejoren la elasticidad, permitiendo que el cuerpo se adapte de mejor manera al impacto que se genera por ejemplo cuando se practica ejercicio de alto rendimiento, previniendo de paso un montón de lesiones.
Todo lo anteriormente expuesto es fundamental en nuestra vida, especialmente cuando envejecemos, ya que con el paso de los años perdemos masa muscular y comenzamos a usar un rango menor de movimientos dentro de nuestras actividades diarias, lo que disminuye aún más nuestra flexibilidad. Ante este panorama desfavorable, por suerte nunca es tarde para empezar a trabajar nuestra flexibilidad.
Ejercicios para mejorar flexibilidad más efectivos
Sobre todos los ejercicios para mejorar flexibilidad que se analizaran, todos se deben mantener en un rango de estiramiento cercano a los 30 segundos, para posteriormente soltar y repetir el ejercicio tres veces más. Hay que tener en mente que será importante mantener una respiración profunda a través de cada ejercicio. También, debemos ser conscientes de nuestras limitaciones físicas, que quiere decir esto, que cada ejercicio de estiramiento nunca debe generar dolor, ya que si ese fuese el caso, lo mejor será reducir la cantidad de tiempo que se aplica cada ejercicio e ir de manera progresiva aumentando la cantidad de tiempo por cada ejercicio hasta llegar a los 30 segundos antes señalados.
Calentamiento simple: Antes de iniciar con los ejercicios, se recomienda el pasar entre dos a tres minutos corriendo o marchando sobre el lugar. Esto ayudará a calentar los músculos a la vez que aumenta el flujo sanguíneo, lo que facilita la flexibilidad.
Perro hacia abajo: Comenzamos poniendo nuestras manos y pies sobre una superficie cómoda, en donde la posición de nuestro cuerpo debe hacer que las caderas estén apuntando hacia el techo y bajamos el tronco superior, generando de esta manera una posición de V invertida.
El ejercicio se genera al presionar el suelo con nuestra manos a la vez que se mantienen las rodillas ligeramente dobladas.
Ejercicio para espalda redondeada: Comenzamos sentados en el suelo con nuestras rodillas flexionadas y los talones aproximadamente a un pie delante de nuestra espalda baja.
Se entrelazan las manos por debajo de las rodillas y dejamos que los codos caigan a los lados mientras se comienza a doblar ligeramente la espalda hacia adelante.
Mini cobra: Comenzamos colocando nuestro rostro en una alfombra o el piso, en donde las manos deben quedar bajo los hombros y la parte superior de nuestros pies sobre el piso.
Manteniendo las caderas en el suelo, hacemos fuerza en nuestras manos para levantar el pecho.
Enderezamos los brazos tanto como podamos sin sentir incomodidad. Para este ejercicio es importante mantener un control sobre la respiración.
Estiramiento de mariposa: El último de los ejercicios para mejorar flexibilidad se comienza sentados en el suelo con las plantas de los pies juntos y las rodillas dobladas hacia fuera de cada lado.
Mantendremos los pies en su posición apretando con las manos y comenzamos a bajar las rodillas hacia el suelo inclinando nuestra zona superior hacia los pies.
Si notamos que es más cómodo para el ejercicio, podemos utilizar nuestros codos para ayudar a que las rodillas lleguen más cerca de piso.
Hola Jesús!! Gracias por los ejercicios que recomiendas, me voy a animar a hacerlos. Sería ideal acompañar ésta información con alguna imagen para complementar.
Éxito y bendiciones!!