Consecuencias del estrés sobre el estómago. Varios de los trastornos gastrointestinales que se presentan en las personas, repercuten en aquellas que llevan un ritmo de vida agitado y se dan generalmente por el alto nivel de estrés y por no saber como manejarle.
No sólo tiene que ver la alimentación, también tiene que ver con el estilo de vida, incluso con la manera de descansar, algunos trastornos mentales y de alimentación como la bulimia y la anorexia también desencadenan enfermedades gastrointestinales que complican en gran parte la recuperación de estos pacientes.
Los trastornos gastrointestinales están presentes en gran parte de la población, incluso en los niños, que empiezan a sufrir de trastornos alimenticios, que afectan a su estómago, con lo cual se eleva el número de medicamentos para aliviar la enfermedades y que generalmente afectan a la salud del tracto intestinal.
Los síntomas son dolor abdominal, en la parte inferior, estreñimiento y alteraciones intestinales como dolor, vómitos, flatulencias, nauseas y ardores.
Se recomienda disminuir los alimentos grasos –como fritos, lácteos, y carnes con exceso de grasa-, evitar alimentos que produzcan gases y consumir alimentos ricos en fibra. Evitar café y alcohol y beber mucho agua repartida durante el día.
El estrés puede provocar:
Indigestión: Un malestar que se produce después de comer demasiado o muy rápido, tomar mucha cafeína, alcohol o picante. Los síntomas son dolor abdominal, ganas de eructar, distensión y náuseas. Es común que además de los síntomas antes mencionados se presenten también calambres abdominales, fatiga, pérdida de apetito y de peso.
(Recomendaciones: Se recomienda dar un paseo y beber una infusión digestiva como manzanilla, anís verde o poleo.)
Acidez: También se conoce como reflujo gastroesofágico y se produce por el ascenso de ácidos estomacales hacia el esófago durante la digestión. Esto causa ardor en la zona media del pecho, sabor agrio y que “se te repita la comida”. Común cuando hay sobrepeso, malos hábitos alimenticios, estrés o sedentarismo.
(Recomendaciones: Perder peso, cambiar el estilo de vida y la dieta, cenar tres horas antes de acostarse y evitar los alimentos que relajan el esfínter esofágico inferior, como la cafeína, alcohol, cebolla, menta, chocolate o salsa de tomate.)
Gases: Todas las personas expulsan los gases intestinales que se producen en el colon, pero, a veces, la cantidad es mayor de lo habitual y causa molestias. Cuando no se pueden expulsar, producen un dolor agudo, retortijones, hinchazón, e incluso sensación de opresión en abdomen y pecho.
(Recomendaciones: Evitar las comidas flatulentas como brócoli, repollo, legumbres cocinadas con grasa, cereales con mucha fibra o bebidas gaseosas. Algunos remedios naturales alivian mucho, como las cápsulas de hinojo o carbón vegetal.)
Se recomienda ingerir gran cantidad de líquidos para reponer los que se han perdido, así como mantener una dieta blanda, basada en vegetales, frutas, jugos y carnes blancas, moderar el consumo de grasas y de productos lácteos e irritantes (café, tabaco y comida picante).
Sin embargo, la principal recomendación es reducir el estrés, modificando algunos hábitos y/o situaciones que nos pongan nerviosos, o nos hagan sentir mal. A muchas personas las discusiones y los disgustos les afectan especialmente al estómago. Tras una pelea es frecuente que sientan dolor o acidez en esa zona durante un largo periodo de tiempo.