El cortisol es una hormona que nuestro organismo naturalmente libera en momentos de estrés. Cuando esta alcanza niveles elevados frecuentemente, estamos ante un peligro para nuestra salud tanto mental como física, con síntomas como el incremento en la sudoración, ritmo cardíaco más acelerado de lo normal, sensación de malestar general e irritabilidad. De esta forma, reducir el cortisol es un paso fundamental para combatir el estrés.
Hay varias formas de disminuir el cortisol. Si te sientes fatigado, nervioso, irritable y que no puedes contra tus problemas, te aseguro que estos consejos te ayudarán a encontrar el equilibrio que necesitas.
Respira profundamente
Una respiración larga y profunda, con los ojos cerrados, y que nos permita sentir cada segundo de la inhalación y exhalación de aire en nuestro organismo, es el primer gran paso para colocar nuestra mente en modo relajante. Cuando te sientas desbordado ante alguna situación, busca un lugar tranquilo de tu hogar o al aire libre, siéntate y respira profundamente entre 10 y 20 veces. Lograrás la calma al instante.
–Bebe infusiones de té negro. De acuerdo a un reciente estudio, “cuando a un grupo de voluntarios se les encomendó realizar alguna actividad calificada como estresante, los niveles de cortisol de aquéllos que regularmente bebían té negro llegaron a descender hasta un 47 por ciento una hora después de realizada esa tarea, en comparación con los no habitúes de esta infusión, quiénes sólo registraron un descenso del 27 por ciento”.
–Sal con un amigo/a divertido/a. “El simple hecho de saber que uno se va a reír es suficiente para disminuir los niveles de cortisol hasta en un 50 por ciento”. La revista también sugiere acudir a una película cómica o divertida para lograr el mismo resultado.
–Escoge tu música preferida y llévala contigo. “La música puede tener un efecto tranquilizador para el cerebro, más aún cuando estás frente a alguna situación estresante”. Se sugiere oír música relajante antes de ir a la cama o mientras se cena para serenar el ambiente y, claro, a uno mismo.
–Repite el “om” (sí, el mantra universal) y concéntrate. De acuerdo a un estudio realizado en Tailandia, aquéllas personas que practicaron meditación (budista) de forma diaria, a las seis semanas, ya habían reducido tanto su nivel de cortisol como los valores de su presión arterial.
–Duerme la cantidad de horas necesarias por las noches –o, de lo contrario, no saltees la siesta-. De acuerdo a Shawn Talbott, autor de un libro de investigación sobre el tema, llamado The cortisol connection, la diferencia entre unas 6 u 8 horas de sueño es, nada más y nada menos, que un 50 por ciento más de esta hormona en el flujo sanguíneo. La revista Prevention, por su parte, para contrarrestar esto sugiere, entonces, dormir siestas durante el día.