Alimentar correctamente a nuestros niños es una de las principales tareas que tenemos como padres. El problema es cuando los niños se niegan a comer verduras, uno de los alimentos esenciales de toda dieta saludable. Para revertir este hecho entérate de algunas formas para lograr que los chicos coman más verduras.
Acompaña sus verduras con dips: Antes de la comida coloca una variedad de verduras coloridas (zanahorias, pimientos, broccoli y zucchini). Preséntalas con salsas o hummus. Seguro que los chicos no podrán resistirse (haciendo click aquí podrás descubrir varias recetas deliciosas).
Invitalos a ir de compras y a preparar la comida: Está claro que es más práctico hacer las compras nosotros solos. Sin embargo, hacer que los chicos participen de la cocina nos da una chance mayor de que coman lo que cocinamos. Pregúntales si quieren elegir sus verduras favoritas y una vez en casa déjalos ayudar a preparar la cena.
Intentarlo varias veces
Existen multitud de sabores en las frutas y verduras que los niños aprenden a descubrir cada vez que prueban algo nuevo. No siempre les gustará lo que comen a la primera, así que habrá muchas ocasiones en las que necesitarán intentarlo varias veces hasta que se acostumbren al sabor.
Si no le gusta, no le fuerces demasiado. De esa manera evitas que haga una mala asociación del sabor y la comida. Pero hazle comprender que al menos tiene que intentarlo con un bocado. Finalmente aunque rechace la comida varias veces, si se le va cambiando la verdura, terminará probándola y acostumbrándose.
• Ser su modelo comiendo verduras
Los niños se fijan en los mayores más de lo que nos pensamos y ante cualquier detalle con la comida que pueda ser insignificante para nosotros, ellos lo adoptarán inmediatamente.
Un truco para motivarles es cuando haya verdura en la mesa que te sirvas y al probarla digas: ¡Um, qué rico está!, o ¡estaba deseando comer espinacas! Los niños también te querrán imitar y seguro que te sorprenden algún día diciendo lo mismo que tú.
• Fomentar la elección
Para cenar puedes preguntarle qué dos opciones prefiere de verduras que tengas preparadas. Con ello consigues que el niño sienta que su opinión cuenta. También resulta ser una pista para los padres a la hora de saber qué es lo que más le gusta y aprovechar la ocasión para introducir nuevas recetas. Puede que no acepte un tipo de verdura pero hay infinidad de variedades. Debes probar hasta descubrir las que le gusten.
• Poner la imaginación a trabajar
Si presentas el plato de una forma divertida puedes animarle a comer ese bosque que has podido hacer con brócoli, o una cara utilizando varias verduras. Incluso puedes pedirle que te ayude a colocar las verduras en el plato haciendo alguna forma geométrica. El microondas te puede ayudar a calentar el plato si tardáis mucho rato.
• Añadir frutas y verduras a comidas que al niño le gusten
Puedes añadir fruta al yogur o combinar fruta en los cereales. Si por ejemplo cocinas espagueti puedes aprovechar para echarle verduras partidas finas y mezclarlo todo.
No resulta fácil hacer que los niños coman de todo. Pensemos en nosotros mismos, no comemos de todas las verduras y hay muchas que todavía no nos gustan. Pero otras que de pequeños no comíamos, de adultos hemos conseguido educar el paladar. ¡Cuánto tenemos que agradecer a nuestras madres que consiguieron hacernos comer casi de todo!. Y ahí encontramos la respuesta, en intentarlo muchas veces. La constancia y una buena educación en alimentación es importante para llevar una dieta equilibrada y desempeñar un papel importante en cualquier etapa de la vida.