Cómo ejercitar el cerebro de nuestros niños

Jesus L. Rodriguez

Cómo ejercitar el cerebro de nuestros niños

Junto con el ejercicio físico, los niños también necesitan de ejercicios para el cerebro que les ayuden a mejorar sus habilidades de comprensión, concentración y reacción.

La ejercitación del cerebro en edades tempranas tiende a mejorar las habilidades de esos niños y futuros adultos. Si queremos ayudar a nuestros hijos a desarrollarse plenamente y a explotar toda su potencialidad, el ayudarlos a ejercitar la mente a través de juegos es una idea genial y súper beneficiosa para su salud y su bienestar futuro.

Claramente los ejercicios para el cerebro no tienen porque ser aburridos ni tediosos. Por este motivo, les presentamos algunos de esos juegos que ayudarán a nuestros niños a tener una mejor calidad de vida y un mejor desempeño en el ahora y en el futuro.

  • Rompecabezas. Los rompecabezas o puzzles son una divertida manera de ejercitar el cerebro de nuestros niños y además de nosotros mismos, ya que es una actividad que puede hacerse en grupo. Incluso se pueden organizar pequeñas reuniones invitando a algunos amigos de nuestros hijos a casa para que entre todos jueguen a armar un rompecabezas y se mantengan por entretenidos por un largo tiempo. Los rompecabezas fomentan la destreza visual así como también la motricidad y la agilidad en los procesos del pensamiento.
  • Juegos de Memoria. Otra gran manera de ayudar a los niños a ampliar su capacidad cerebral es el jugar a juegos de memoria. Hay diferentes tipos de juegos de memoria que se venden en todas las jugueterías, pero si no estamos dispuestos a comprar uno podemos hacer nuestro propio juego con un mazo de cartas o incluso con figuritas o pegotines. Asimismo, otro juego que refuerza la memoria es el de mantener en una bandeja veinte objetos extraños en el frente de los niños durante unos 15 segundos para que ellos tengan que memorizar todos los objetos y en el minuto siguiente deban nombrarlos todos, o al menos tantos como les sea posible. La memoria es algo que se ejercita y que por ello el fomentar su ejercicio desde la niñez ayuda a un mejor desempeño a futuro del cerebro en este ámbito.
  • Juegos de preguntas. Lo que hay que hacer para poder jugar juegos de preguntas es planificar y preparar interrogantes sencillas acerca de los acontecimientos cotidianos que rodean a los niños y de las personas con las que conviven todos los días. Este tipo de juegos puede hacerse en modalidad de competencia y a la larga ayudarán a fomentar la memoria y, además, la atención del niño de lo que ocurre a su alrededor.
  • Juegos de reflejo. Para mejorar el nivel de concentración de los niños es bueno también jugar juegos de reflejos. Los juegos con pelotas en los cuales la velocidad de reacción es lo más importante son muy buenos para mejorar los reflejos y la velocidad de respuesta a los estímulos.

Con estos divertidos juegos y consejos podremos ayudar a nuestros niños a ser más rápidos mentalmente y a desarrollar su inteligencia desde pequeños, lo que hará que puedan crecer de forma saludable tanto a nivel físico como también mental y emocional.

Memoria autobiográfica

En torno al segundo cumpleaños los niños empiezan a usar la palabra «yo», se sitúan a sí mismos en los hechos que recuerdan y crean narraciones que son trozos de su propia vida.

¿Cómo fomentarla?

  • Es un buen momento para hablar con nuestro hijo sobre las cosas que le pasan cada día. Así fortalecemos la noción de que es una persona única con unas experiencias únicas.
  • También podemos hablarle de las cosas que le pertenecen pero no están presentes o incluso pueden estar lejos, como los familiares. «¿Te acuerdas cuando estuvimos en casa de los abuelos? Era Navidad. ¿Qué hicimos?». Puede que el niño recuerde, o puede que no; quizás responda, o quizás no. En cualquier caso, sin presionarle pero sin renunciar a mantener estas conversaciones, estamos estimulando su capacidad de recordar y de tener recuerdos propios e importantes.
  • Las fotos y los vídeos de los parientes son muy útiles en estas charlas, y alimentan la memoria visual.
  • También estimulamos la memoria auditiva si ponemos al niño al teléfono cuando hablamos con los familiares. Mostrarle al mismo tiempo sus fotos le ayudará a saber con quién está hablando.
  • Si el niño recibe regalos de esas personas, será bueno que, cuando juegue con ellos, le recordemos quién se los ha regalado.

Memoria de evocación

Supone un paso más y aparece más tarde. Consiste en ser capaz de recordar cosas que están totalmente ausentes.

  • A los diez meses un bebé ya puede encontrar un objeto escondido segundos antes.
  • Es después de cumplir un año cuando el niño puede encontrar cosas que no ha visto desde hace un buen rato, incluso días.
  • Y sobre todo la aparición del lenguaje hace posible que, al nombrarlas, puedan evocarse cosas que no están a la vista. Se está consolidando la capacidad de simbolización, que es característica del ser humano y hace posible nuestro desarrollo intelectual y cultural.

 ¿Cómo fomentar la memoria de evocación?

  • Entre el primer y el segundo cumpleaños la memoria progresa veloz.
  • Se sabe que la memoria que los niños desarrollan en esta edad tan temprana muestra una relación con sus niveles de inteligencia y lenguaje a edades algo mayores.
  • Si practicamos con el niño (sin llegar a agobiarle) juegos y situaciones que la fomenten, le estamos proporcionando una valiosa estimulación que no recibirá en cambio si se lo damos todo hecho y no le permitimos ejercitar su mente.

Algunos ejemplos:

  • Podemos esconder un juguete atractivo debajo de un cojín o sofá y pedir al niño que empiece a buscarlo cuando suene la campana. En los pocos minutos que transcurran hasta que la encuentre, intenta distraer al niño con juegos y conversaciones. Comprobaremos cómo el niño interrumpe el juego o la charla cada poco para hablar del juguete y señalar donde está escondido. Es su estrategia para recordar y no olvidarse.
  • Pongamos tres objetos en el suelo y cubramos cada uno con un paño. Preguntemos al niño qué hay debajo de cada trapo antes de levantarlo. Si aún habla poco, nombrémosle nosotros el objeto que debe buscar y comprobemos si acierto.

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