No existe una manera correcta para abandonar el hábito de fumar, sin embargo existen algunos requisitos para lograrlo con éxito. Dejarlo quizá te supondrá un gran esfuerzo, aumentará tu nerviosismo, tu irritación, tu ansiedad, pero recuerda que cualquier esfuerzo constituirá un enorme beneficio para tu salud. Tan pronto como dejes de fumar, tu cuerpo te lo va a agradecer profundamente y va a emprender una tarea de reparación del daño que el consumo de tabaco le ha provocado.
Piensa por qué motivos quieres dejar de fumar.
- ¿Te preocupa que pueda padecer una enfermedad relacionada con el hábito de fumar?
- ¿Realmente crees que los beneficios de abandonar el hábito son mayores que los beneficios de continuar fumando?
- ¿Conoces a alguien que ha tenido problemas de salud debido al hábito de fumar?
- ¿Estás listo para hacer un intento serio de dejar de fumar?
Algunas de las peores enfermedades que causa el fumar son leucemia, cáncer de estómago, cáncer de páncreas, cáncer cervicouterino, cáncer renal, neumonía, cataratas y periodontitis. Ademas de estos hay que incluir problemas de vejiga, laringe, pulmón y los cánceres de garganta, enfermedades cardiovasculares y enfermedades pulmonares crónicas.
A continuación te proponemos algunos pasos a seguir :
Tomar conciencia para un cambio de actitud:
Lo primero que debe hacer es cambiar una mentalidad que le lleva a un hábito que perjudica muy seriamente su salud. Si desea dejar el tabaco, debe tomar conciencia del perjuicio de fumar. Esta concienciación debe servir para fortalecer su voluntad y autoprohibirse practicar «la cabeza de avestruz». Es decir, usted esconde la cabeza cada vez que escucha los riesgos asociados al tabaco. Sáquela y escuche, lea, sea una esponja a la hora de conocer con detalle todos los males que le provoca el tabaco y el hábito de fumar. Una vez que se haya informado bien, haga una lista con las razones a favor y en contra del tabaco y repásela diariamente.
Cambia de hábitos: Romper la rutina que llevabas cuando eras fumador te puede ayudar a no acordarte más del tabaco. Puedes, por ejemplo, escoger otro camino para ir al trabajo o sentarte en una silla diferente en la que fumabas tras acabar de comer. La claves es mantener la mente alejada del tabaco y dejar de convertir el cigarro en el protagonista de tu vida.
Cuidar la alimentación: Si compensa su dependencia del tabaco con una alimentación inteligente, equilibrada, minimizará la dependencia del tabaco y evitará el riesgo de ganar peso asociado a dejar de fumar. Reforzará su voluntad si se conciencia en llevar una vida sana. Vea consejos sobre alimentación y para adelgazar. Por otra parte, consulte con especialistas la posibilidad de incorporar a su dieta alimentos ricos en nicotina (la berenjena, por ejemplo es rica en nicotina).
NO BUSQUES EXCUSAS Cualquier día es un buen día para dejar el tabaco, no sólo por tu salud, también por tu familia…y tu bolsillo.
Dormir bien: Le ayudará a relajarse y recuperar la tensión que le produce las ganas de fumar. Si tiene problemas en conciliar el sueño procure caminar un par de horas antes de dormir, darse un baño caliente… de tal forma que le disminuya la tensión y le relaje.
NO FUMES NINGÚN CIGARRILLO. Por un cigarrillo o incluso por una calada se recae, es el inicio de una gran «amistad». POR UNO NO PASA NADA debería ser POR UNO SE RECAE SEGURO.
Ser paciente: Los primeros días son los más difíciles. Cada día que supere sin fumar piense que habrá ganado una batalla importante. Póngase como meta firme e irrenunciable dejar de fumar los primeros cinco días. Verá como tras unos primeros momentos difíciles, le resultará más fácil conforme avance el tiempo.
PIENSA POSITIVAMENTE. La mejor forma de hacerlo es anotando las ventajas, no sólo las físicas, que seguro que se encuentran desde el inicio. Busca apoyo en tu familia, amigos y compañeros de trabajo.
Aprender a relajarse: Hay sencillos métodos para la relajación y respiración. Si los aprende y los ejercita, pueden ser útiles para ayudarle a dejar de fumar, superar impulsos, etc.
HAZ EJERCICIO, MANTENTE ACTIVO. No es necesario hacer una maratón olímpica. Cualquier pequeña actividad te relajará, te ayudará a controlar el peso y, sobre todo, resaltará las mejoras físicas de dejar el tabaco. Sólo hace falta no coger el coche cuando se puede ir caminando, las escaleras en lugar del ascensor…
Bebe mucha agua y toda clase de zumos de frutas (preferentemente naturales) y ricos en vitamina C. Esta vitamina te ayudará a eliminar más rápidamente la concentración de nicotina en tu organismo. Repite esta acción tres o más veces al día.
CONTROLA LO QUE COMES Evita comidas que engorden y si necesitas picar algo, las verduras son tus mejores aliadas. Bajo un control adecuado, la persona que deja de fumar no se debe engordar.
Toma alimentos ligeros. Las comidas pesadas te perjudicarán al disminuir tu nivel de autocontrol, tan necesario en estos primeros días. Después de comer no te dejes caer en tu sillón preferido para leer o ver la televisión. Por el contrario, haz un poco de ejercicio. Levántate inmediatamente después de terminar tu comida y lávate los dientes, sal a pasear un poco, lava los platos, juega con algo o con alguien.
PIENSA EN EL DÍA A DÍA, NO EN EL NUNCA MÁS. Piensa: «Hoy no fumo». Esta es tu meta principal, estar sin fumar hoy. Sabes que lo puedes conseguir.
Espera 10 minutos si te entran ganas de fumar: Llevas varios días sin fumar y estás apunto de encenderte un cigarro. Respira y espera unos 10 minutos para fumártelo. Utiliza ese tiempo para alejarte de la tentación. Bebe mientras tanto un vaso de agua y date un pequeño paseo que permita pensar con claridad si realmente quieres o no fumarte ese cigarro. Seguro que si lo piensas bien puedes pasar sin él. Esas pequeñas batallas son los que te harán ganar la guerra contra el tabaco.