Para mantener un cabello sano y fuerte una buena alimentación por sí sola nunca será suficiente , pero es seguro que la mala alimentación puede empeorar la situación de nuestro cabello, privándolo de los nutrientes adecuados que le permiten estar brillante, fuerte y saludable.
Con el paso del tiempo, el cabello ralentiza su crecimiento y puede llegar a quebrarse y caerse, ya que el cuerpo pasa por diferentes cambios a medida que pasan los años. Sin embargo, no hay que asustarse, puesto que es un proceso natural.
En primer lugar hay que asegurarse que la caída del pelo no sea síntoma de alguna infección o padecimiento crónico, si es posible visite a su médico.
El cabello está vivo y cómo tal necesita nutrientes básicos que los puede encontrar en algunos alimentos como:
Frutos secos. Todos los frutos secos, especialmente las nueces, las almendras y el maní, contienen zinc, selenio y vitamina B en grandes cantidades, una buena ayuda para cuidar de la salud capilar.
Yogur griego. La mayoría de las recetas para nutrir el cabello llevan yogur griego, y esto no es una casualidad. Los beneficios de este alimento para tu salud también ayudan a tu pelo.
Camote (sweet potato) — Tiene betacaroteno el cual nuestro cuerpo transforma en vitamina A. La falta de esta vitamina puede generar comezón y hasta crear caspa.
Semillas de girasol. Incluir semillas de girasol en tu cena es propicio para tu cabello, debido a que contienen mucha cantidad de vitamina B.
Espinaca — El hierro, el betacaroteno, folato y vitamina C en este vegetal ayuda a mantener saludable los fólicos del cabello y a que circulen los aceites naturales del cuero cabelludo. Agregue espinaca a su ensalada fresca o a la salsa marinara cuando prepare pasta.
Fibra. Presente en cereales y granos integrales, es una gran aliada para fortalecer el cabello debido a que aporta ácido fólico y vitamina B6, que brindan mayor oxigenación a los folículos.
Lentejas — Estás legumbres tiene proteína, hierro, zinc y biotina que ayudan a fortalecer el cuero cabelludo.
Los antioxidantes. Ideales para combatir los radicales libres, favorecen también el crecimiento del pelo, en especial aquellos que contienen vitamina C, como las frutas cítricas y la espinaca, nutriente que ocupa un papel importante en la síntesis del colágeno, un compuesto del cabello que es necesario para mantenerlo sano.
Nueces — Son ricas en biotina y vitamina E, ambos protegen a las células en contra de daños del medio ambiente. También contienen cobre. Está comprobado que la falta de biotina y de cobre en la dieta puede llevar a la pérdida del cabello. Las nueces pueden ser un bocadillo a mitad de la tarde o puede ser utilizado para condimentar su ensalada.
Vegetales verdes. Mientras más intenso sea el tono, más nutren y fortalecen el cabello por su alto contenido en hierro, calcio y vitaminas A y C, que estimulan la segregación de las sustancias sebosas responsables de mantenerlo hidratado y acondicionado de forma natural.
Salmón — Este pescado tiene ácidos grasos que ayudan a que el cabello crezca, ya que alrededor del 3% del eje del pelo está compuesto por éstos ácidos grasos. El salmón es rico en Omega-3 que se encuentra en la piel del cuero cabelludo. Asado o a la plancha es la mejor forma de cocinarlo.
Pescado. De manera particular el salmón, que brinda un increíble contenido de omega-3, aceite esencial para mantener el cuero cabelludo saludable y darle firmeza y elasticidad al cabello.
Huevo — Esta fuente de proteínas está cargada de minerales como zinc, selenium, sulfuro y hierro. El hierro es muy importante para oxigenar los fólicos del cabello. Las personas que padecen de anemia suelen sufrir de pérdida del cabello.
Algunos de estos componentes, básicos en una correcta dieta y que mantienen nuestro cabello sano:
AZUFRE – Verduras (brócoli, repollo, puerro, espárragos…), frutas (piña, coco…) y quesos. Favorece la depuración de toxinas y ayuda a tener buenas digestiones. Mejora la calidad del cabello, favoreciendo la síntesis entre queratina y colágeno.
Vitaminas del complejo B (B6 y B12): pescado, carne vacuna y porcina, hígado, pollo, soja, huevos, legumbres, frutos secos, cereales integrales (muy importantes en la resistencia de la insulina, hormona relacionada también con la calvicie masculina y es fuente de ácido fólico, que ayuda a oxigenar la sangre de los folículos pilosos), levadura de cerveza (es el nutriente natural que brinda más vitaminas del complejo B, una cantidad considerable de aminoácidos esenciales y otros minerales, el fósforo entre ellos).
HIERRO – Vegetales de hoja verde (como las espinacas, las acelgas…), la soja, las lentejas y la carne de pavo o de pollo. Indispensable para transportar oxígeno y proteínas y ayuda a metabolizar las vitaminas del tipo B. Su carencia produce anemia ferropénica o carencial, y ello comporta falta de energía o astenia, incremento de la fatigabilidad, dificultades de concentración y, en cuanto al cabello, lo vuelve más quebradizo y frágil.
Zinc. La carne, preferentemente asada para eliminar las grasas. Este alimento es una fuente enorme de Zinc, hierro, proteínas, vitaminas B6, vitaminas B12, todos nutrientes asociados a la prevención de la pérdida del cabello.
Son también ricos en Zinc los higos, los espárragos, las papas, las berenjenas y el apio.
ÁCIDOS GRASOS OMEGA 3 – Nueces o pescados azules, como el atún, el mero o la merluza. Reduce los niveles de colesterol «malo» y mejora los del «bueno», disminuye la concentración de triglicéridos y ayuda a quemar grasa. Su déficit provoca sequedad en el cabello, volviéndolo más opaco y sin docilidad.
Selenio: Este micromineral antioxidante funciona como antioxidante brindando elasticidad al cabello, además de ayudar a combatir la caspa. Alimentos con selenio incluyen la pasta, broccoli, ajo, setas, cebollas y apio. Después de comer alimentos con selenio se recomienda consumir frutas con alto contenido de vitamia c para favorecer la absorción del selenio en el sistema.
POTASIO – Verduras (como el calabacín, el champiñón o la calabaza), frutas (como el melón o los kiwis), yogures y pescados (como el salmón o el emperador). Ayuda en la síntesis de proteínas y en el metabolismo de los carbohidratos. Un déficit en los niveles de potasio trae como consecuencia una piel poco tonificada, unas uñas débiles y un aumento de la caída del cabello.
Vitamina C: limón, naranja, kiwi, espinaca y brócoli.
ÁCIDO FÓLICO – Legumbres, como los garbanzos o las judías; o cereales como el arroz o el pan integral; frutas como las naranjas u otros cítricos. Su carencia puede producir anemia, como en el caso del hierro, pero en este caso de tipo macrocítico. Interviene en el proceso de formación de la metionina, un aminoácido azufrado, necesario para el folículo piloso.