Cuando hablamos de flacidez, nos referimos a la pérdida de la elasticidad en la piel que hace que nuestros músculos se vean poco tonificados y débiles. Para las mujeres, la flacidez es sinónimo de complejos a la hora de mostrar sus piernas, la panza y la cola en el verano. También la musculatura de los hombres ya no se ve tan fuerte con el paso del tiempo, una mala alimentación o poco ejercicio físico.
La pérdida de elasticidad en la piel y la fuerza en nuestros músculos es una consecuencia natural del envejecimiento. Sin embargo, a veces se acelera debido a una mala alimentación y, fundamentalmente, a la mala costumbre del sedentarismo. Si te preguntas cómo combatir la flacidez, entonces lo primero que tienes que hacer es levantarte del asiento y ponerte en movimiento.
Porque se produce la flacidez
La flacidez es la pérdida de firmeza de la piel, esto sucede por diferentes causas, una de ellas es el paso de los años, pero hay otras que son independientes de la edad y en las que inciden otros factores.
La principal causa de la flacidez es la pérdida de colágeno y elastina, estas sustancias son las que proporcionan el sostén, la elasticidad y firmeza, a toda la piel del cuerpo.
La mala alimentación es otro de los factores que influyen en la aparición temprana de flacidez, debido a carencias de proteínas, ya que éstas son imprescindibles en la formación de los tejidos.
Otras causas de que se produzca flacidez
Una dieta rica en grasas, azúcar y harinas, produce un cuerpo de consistencia fofa aunque no haya un sobrepeso excesivo.
Las dietas sin control, que logran bajadas bruscas de peso, traen como consecuencia que al reducir el volumen de grasa, la piel que ha perdido elasticidad, quede colgando o formando pliegues.
Se puede tener flacidez a edades tempranas por llevar una vida sedentaria ya que la falta de ejercicio físico lleva a que se pierda masa ósea y muscular.
Las exposiciones a los rayos solares durante período prolongados, lleva también a que la piel vaya perdiendo firmeza y ganando arrugas.
Además de estos factores, influye el tipo morfológico de cada persona, serán más propensos a la flacidez aquellos de rasgos redondeados que los del tipo anguloso.
Un rostro que presenta papada desde joven, perderá firmeza mucho antes que el de una persona que tenga marcada la mandíbula y el mentón.
Lo mismo ocurre entre alguien con obesidad y una persona con el cuerpo fibroso y buena tonicidad muscular, será más propenso a la flacidez a edades tempranas el primer caso.
Como se trata de un tema de firmeza en nuestra musculatura, practicar actividad física es lo que mejor te hará para combatir este mal. Tan solo caminar una hora por día por las calles de tu vecindario a ritmo acelerado sirve para devolverle la fuerza a tus músculos. Si te seducen las actividades más intensas y quieres tonificar tu silueta de forma más rápida, opta por el spinning o pilates. También los ejercicios localizados y el levantamiento de pesas te ayudarán.
No obstante, todo el ejercicio que realices no servirá de nada si no lo acompañas de una dieta saludable. Hacer ejercicio y cumplir con un menú equilibrado, nutritivo y bajo en grasas, son dos hábitos saludables que van de la mano. Para mejorar el aspecto de la piel, consume ocho vasos de agua por día.
Tu gran duda de cómo combatir la flacidez ya tiene su respuesta: ejercicio, alimentación saludable y por último, pero igual de importante que las demás, tu constancia y voluntad.