Cuando hablamos de colesterol siempre imaginamos que lo mejor es que éste se encuentre en niveles bajos en el organismo, sin embargo, no todo colesterol es malo sino que olvidamos que hay dos fracciones de colesterol muy diferentes en el organismo,
El colesterol se relaciona con las enfermedades cardiovasculares y por suerte cada vez más la gente trata de controlar sus niveles.
Como ya hemos mencionado en varias ocasiones, existen dos tipos de colesteroles, el LDL o conocido como colesterol malo, el cual tapa nuestras arterias y nos trae todo tipo de problemas, y el HDL o conocido como colesterol bueno. Hoy vamos a hablar sobre este último, el mismo es esencial para poder cuidar de la salud, es importante cuidar que sus valores no sean inferiores a 40 mg en el organismo. Por eso, a continuación te contamos de dónde adquirirlo, ¡presta mucha atención!
Antes que nada, debemos tener en cuenta que las grasas trans reducen el colesterol bueno, mientras que los ácidos grasos monoinsaturados lo elevan, las grasas saturadas y los ácidos grasos poliinsaturados no afectan los niveles de HDL en sangre.
Entre los principales alimentos que lo contienen se destacan los frutos secos, como los cacahuetes, nueces o almendras, también el aceite de oliva o aceite de girasol sin someter a cocción, lo podemos utilizar para aderezar. La carne de cerdo también lo contiene, o también podemos comer 5 aceitunas o 1/4 de aguacate por día para obtener las cantidades que necesitamos a diario.
¿Para qué sirve el colesterol bueno?
El colesterol bueno o LAD favorece que las grasas nocivas (colesterol malo) no se oxiden al entrar en contacto con los radicales libres sanguíneos y fluyan correctamente al hígado donde serán procesados y eliminados adecuadamente.
El colesterol malo cuando se oxida es devorado por unas células llamadas macrófagos y el problema es que estas, ahora llenas de grasa, tienden a pegarse a las arterias pudiendo acabar dañándolas y sobre todo obstruyéndolas. Algunos expertos afirman que las grasas como el colesterol solo son realmente dañinas cuando se oxidan.
Alimentos que ayudan a bajar el colesterol malo y a subir el colesterol bueno
- El ajo: puede llegar a subir hasta un 23% el colesterol bueno según un estudio realizado en el Colegio Bastyr, de Seattle (una dosis diaria de aceite de ajo extraído de 3 dientes de ajo)
- La cebolla cruda: puede subir el colesterol bueno a la mayoría de las personas (media cebolla cruda al día repartida en varias comidas)
- El pescado azul: además de bajar el colesterol malo también ayuda a mejorar los niveles del colesterol bueno.
- El aceite de oliva: baja el colesterol malo y sube el colesterol bueno aunque lo tomemos en gran cantidad.
- El aceite de semilla de uva: en la mayoría de casos la gente observa mejora en sus niveles de colesterol bueno tomando 2 cucharadas al día de este aceite.
- Las manzanas: la pectina que contienen es un tipo de fibra soluble que también ha resultado eficaz para regular ambos tipos de colesterol (tres manzanas al día)
- La zanahoria: dos zanahorias al día son también casi imprescindibles en estos casos ya que por un lado son ricas en pectina y por otro son muy ricas en antioxidantes (Betacarotenos)
- Cerveza o vino: una cerveza o dos vasitos pequeños de vino puede ayudar en muchos casos (si no tomamos alcohol probaremos los otros remedios)
- Legumbres: media tacita dos veces al día puede ayudar (al cabo de varios meses) a regular ambos tipos de colesterol.
Alimentos con gran poder antioxidante
Como antes hemos comentado los antioxidantes son básicos para que el colesterol malo no se oxide y sea realmente perjudicial para nuestro sistema cardiovascular. Ayudan pues a que el colesterol bueno realice correctamente sus funciones.
- La vitamina C y E tienen un efecto antioxidante que ayudan a que no se nos taponen las arterias. La fresa, los kivis, las naranjas, papayas, los pimientos, pepino, el perejil y en general todas las frutas no deben de faltar en nuestra dieta (dos o tres piezas de fruta al día como mínimo) por su aporte en vitamina C.
- Los frutos secos (nueces, almendras, avellanas, etc.) y las semillas (sésamo, girasol, calabaza, etc.) nos aportan gran cantidad de vitamina E.
- Las zanahorias, los albaricoques, la calabaza o zapallo y el brócoli son alimentos muy ricos en el antioxidante llamado Betacaroteno.
- La cúrcuma, los aguacates, el repollo, los frutos del bosque (bayas), los germinados, el açai (fruto del Amazonas) son algunos alimentos especialmente muy ricos en diversos tipos de antioxidantes.
Por último, debemos acompañar esto con una reducción de la ingesta de galletitas, productos de snacks, bollería industrial o frituras mal realizadas, además de evitar la margarina especialmente. Estos eran los consejos que teníamos para compartir, esperamos que los mismos te sean de gran utilidad y te permitan cuidar mejor de tu salud, ¡suerte!