Colesterol bueno y malo, ¿qué diferencia hay?

Jesus L. Rodriguez

En nuestro organismo existe una sustancia llamada colesterol, que muchas veces resulta ser una gran desconocida para nosotros. Los medios de comunicación crean confusión, además, al no establecer con claridad la diferencia entre el llamado “colesterol bueno” y el “colesterol malo”.

El colesterol se divide en dos tipos: las lipoproteínas de densidad alta (HDL, o colesterol bueno) y el colesterol de baja densidad(LDL, o colesterol malo). Al colesterol bueno (HDL) se le llama así porque se cree que ayuda a reducir el nivel de colesterol en la sangre. El colesterol de alta densidad lo produce de forma natural el propio organismo y remueve el colesterol de las paredes de las arterias y lo devuelve al hígado. Lo ideal es tener un nivel de HDL superiores a 60 mg/dL. El colesterol bueno aumenta con una dieta rica en fibra y baja en grasa, y con la práctica regular de ejercicio físico .

El colesterol malo se acumula en las paredes de las arterias, formando una placa que dificulta la circulación de la sangre que llega al corazón. Por eso si se tiene demasiado alto el colesterol LDL aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Este tipo de colesterol conviene mantenerlo a niveles bajos: lo ideal es que esté por debajo de los 100 mg/dL y un nivel superior a 160 mg/dL se considera demasiado alto. Su nivel aumenta cuando se consumen en exceso grasas de origen animal, embutidos y quesos grasos.

Para empezar, el colesterol es algo necesario en nuestro organismo, ya que contribuye a la creación de nuevas células y, en circunstancias normales, no resulta peligroso ni dañino, ya que se elimina por sí mismo. Mientras que el colesterol LDL (el “malo”) tiende a acumularse y obstruir nuestras arterias si tenemos una cantidad excesiva, el HDL (el “bueno”) se encarga de eliminar al propio colesterol LDL, aunque se trata de una tarea complicada cuando acumulamos cantidades muy importantes en nuestro organismo. Por ese motivo, es necesario que llevemos una vida saludable, con una dieta equilibrada y, sobre todo, que en caso de duda consultemos a nuestro médico.

Para aumentar el colesterol bueno:

  • Evitar los kilos de más, ya que cuanto mayor es el sobrepeso más grasa hay en el cuerpo (en forma de trigilicéridos), disminuye el colesterol bueno.
  • En tus desayunos incluye tostadas con margarina 100% vegetal.
  • Añade lecitina de soja al yogur. Con solo una cucharada al día estarás ayudando a aumentar los niveles de colesterol bueno.
  • Los colores rojo, azul y morado no pueden faltar en tu mesa. Los alimentos ricos en antocianinas (un pigmento responsable del color rojo y morado) aumentan los niveles de colesterol bueno. Fresas, cerezas, pimiento, moras, etc, son algunos de los alimentos indicados.

Para reducir el colesterol malo:

  • Come dos manzanas al día, estas contienen un tipo de fibra que mejora los mecanismos de absorción de las grasas y permite ayudar a controlar el nivel de colesterol malo.
  • Controla las grasas. La mayor parte del colesterol presente en nuestro cuerpo proviene de las grasas saturadas. Por ello es caonsejable limitar el consumo de alimentos como las grasas lácteas (queso, leche entera, nata, mantequilla, etc), las carnes grasas (cabrito, cordero, etc) y el embutido.
  • Añade más fibra a tu alimentación. La razón es que mejora la absorción de grasa por parte del organismo, lo que ayuda a disminuir el colestrol malo. Comer productos integrales, fruta y verdura es la mejor forma de aumentar la presencia de la fibra.
  • Semillas de lino. Numerosas investigaciones han demostrado que ayudan a reducir el colesterol malo. Puede incluirlas en tus ensaladas, yogures, cereales, etc.
  • Té verde. Los polifenoles de esta bebida actúan contra el colesterol malo. Tomar tres tazas al día ayuda a proteger el corazón.

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1 comentario en «Colesterol bueno y malo, ¿qué diferencia hay?»

  1. Me gusta la información que manejan sobre la salud; en su mayoría encuentro acertividad y es muy útil para el pueblo. Incluiría una pequeña aportación: Algunos investigadores han concluido que el colesterol que más daña es el que se produce en el hígado por los excesos de insulina provocados por la ingesta de carbohidratos refinados como panes, galletas, sopas y azucares. Saludos.

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