Las tradiciones gastronómicas es una de las características de este periodo, la cual varía dependiendo de cada país, y en las que suele destacar la ausencia de carne. El pescado y los dulces son los protagonistas de la gastronomía típica de esta semana. La Cuaresma católica obliga a abstenerse de comer carne todos los viernes desde que finaliza el Carnaval, un deber cristiano conocido como ‘vigilia’, que ya se ha convertido en una deliciosa tradición culinaria para el Viernes Santo.
Ese día las carnes, embutidos y fiambres se sustituyen por deliciosos guisos de pescado, legumbre y verdura.
El bacalao, los garbanzos y las espinacas son los ingredientes estrella del tradicional potaje de vigilia, al que le acompañan variadas hortalizas. A esa receta ancestral hay que unir otras modalidades, donde también se incorporan acelgas, judías blancas y otros tipos de pescados. Sabores saladosLa Semana Santa católica tiene muchas similitudes con la Pascua Judía, sobre todo teniendo en cuenta que, a modo de penitencia, es obligatorio ayunar o guardar vigilia durante toda la Cuaresma y especialmente el Viernes Santo.
Aunque ya muchas familias no siguen tan estrictamente los dictados de las tradiciones religiosas, estas costumbres son una buena excusa para ofrecer a los tuyos recetas típicas, de sabor añejo y muy elaboradas, que cada vez son menos habituales en los hogares debido al ritmo de vida tan ajetreado que llevamos. Al potaje y los platos elaborados con bacalao, podemos incorporar otros menús, con deliciosas alternativas como las lentejas estofadas, las judías pintas, las ensaladas, las patatas guisadas o incluso la paella de marisco.
Los buñuelos, las croquetas y las tortillitas, todas de bacalao, son tres de los platos más típicos de estas fechas. En todos ellos, las masas de harina se combinan con el inconfundible sabor del bacalao, que es el pescado más consumido durante la Semana Santa. También los hay que optan por degustarlo al ‘pil pil’, uno de los guisos españoles más tradicionales, así como rebozado y frito en la sartén. Al tradicional bacalao, muchas mesas incorporan otro tipo de pescados, desde los blancos como la pescadilla, el mero y la merluza, hasta los azules como boquerones y sardinas. Las posibilidades son muchas: rebozado, a la marinera, a la vasca o en salsa verde. Sabores dulcesLa repostería es otro de los puntos fuertes de la Semana Santa.
Tanto los postres caseros elaborados con leche, como los productos de bollería, cubren los manteles de todas las casas durante estas fechas. Las recetas castellanas del arroz con leche o la leche frita suponen dos de los platos más típicos. En las pastelerías de muchos lugares, sobre todo en Castilla y Andalucía, los roscos de Semana Santa cubren los escaparates, mientras que en el Levante, sobre todo en Cataluña, es muy típico degustar las Monas de Pascua.
Por su parte, las torrijas y los pestiños son los postres protagonistas. Los pestiños, procedentes de Castilla, se elaboran con una masa de harina frita, que se endulza con mucha miel, aunque su elaboración varía dependiendo de la zona geográfica. Las torrijas, originarias de Madrid y preparadas con leche o vino, son imprescindibles para los paladares españoles en Pascua. Su elaboración sencilla, junto con su delicioso sabor y el poco gasto que hacen al bolsillo, las han convertido en un plato perfecto para estos días de austeridad.