¿Por qué comer menos prolonga la vida?
Los científicos piensan que se trata de una reacción de los organismos frente a la escasez de alimentos, un logro evolutivo que aumenta las defensas del organismo (energiza el sistema inmune) a un grado mayor al normal para ayudar al animal a sobrevivir mientras llega el alimento; este proceso de alerta máxima del sistema inmune va acompañado por otro lado, de una bajada de nivel de la capacidad reproductiva. Los animales con hambre son menos fértiles que los animales normalmente alimentados. Esto quiere decir que el sistema inmune de cada organismo puede permanecer en estado de alerta por períodos muy largos, con tal que vitaminas y minerales sean provistos con suficiencia, y que se ingiera diariamente una dieta hipocalórica.
Comer menos parece ser mejor, básicamente si se traduce en comer menos calorías. Reducir las calorías que consumimos diariamente disminuye la mortalidad y también el riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el envejecimiento como las cardiovasculares o la diabetes. De momento el efecto de esta dieta más austera se ha visto en monos. Los han observado científicos de la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos) en un simio de gran parecido con el ser humano, el macaco rhesus. Antes de eso ya habían estudiado los efectos de la restricción calórica en el envejecimiento de gusanos, moscas, ratones y levaduras.
A esta hipótesis se agrega el hecho de que las dietas de calorías restringidas reducen los daños oxidativos a las células y los órganos del cuerpo. El daño oxidativo, en condiciones normales, aumenta con la edad. El cuerpo necesita oxígeno para convertir los alimentos en energía; el oxígeno ayuda a convertir las moléculas energéticas (como la glucosa), en combustible celular útil (ATP), liberando electrones en el proceso. Estos electrones se unen al oxígeno atrapando hidrógeno a su paso y dan agua como resultado. El problema de la combustión de alimentos y de moléculas energéticas es que a veces los electrones no son atrapados, quedando a la deriva en el interior del organismo, y uniéndose pronto a otras moléculas para formar compuestos altamente reactivos: se trata de los famosos radicales libres. Estos últimos no solamente dañan los tejidos internos, sino que al parecer también son capaces de alterar el código genético de las células. Las mitocondrias, que son las fábricas celulares de energía útil, son susceptibles a los ataques de los radicales libres, generando todavía más electrones descarriados.
Otro aspecto a tener en cuenta y que afianza esta afirmación es que comer poco y bien es un seguro de vida, ya que si comemos poco y de calidad, dotando al cuerpo de los nutrientes que necesita, no solo lo mantendremos en perfectas condiciones, sino que mejoraremos la asimilación de los nutrientes, pues el proceso digestivo será más rápido y la eficacia del mismo mucho mayor. Pero si por el contrario comemos poco y mal corremos el riesgo de empeorar nuestra salud y dañarnos a nosotros mismos.
Pero no se trata solamente de comer menos, se trata también de comer mejor, mucha fruta y hortalizas. Está demostrado además que mientras más estricta la dieta, y mientras antes se la adopte, más longevidad se obtiene. Claro que hay que tener una voluntad de hierro que solamente uno entre mil hombres tiene naturalmente, porque no se trata solamente de lograr una figura esbelta para vivir todavía más años, sino de convertirse derechamente en flaco, abiertamente huesudo, acostumbrarse a un hambre perpetua, tener frío incluso en ambientes tibios y tener los huesos frágiles. Mientras más flaco (pero con todos los nutrientes), mayor longevidad, … y mejor salud y claridad mental.
Lo ideal es mantener una dieta equilibrada en la que primen alimentos con un correcto aporte nutricional. La dieta mediterránea es un buen ejemplo de ello, y por esto debemos adoptarla a la hora de conseguir una salud de hierro centrada en aumentar nuestra esperanza de vida. Es sencillo, simplemente debemos tener en cuenta que comer bien no pasa por atiborrarnos de alimentos cargados de calorías vacías que lo único que hacen es empeorar nuestra salud.