En la teoría parece todo bastante simple: ingieres menos calorías de las que tu cuerpo gasta y adelgazas. En la práctica, las cosas son bien distintas; hacer dieta es siempre sinónimo de pasar hambre y acabar cayendo en las tentaciones gastronómicas, comiendo más de lo que se debe.
Si eres amante de la buena comida y de un plato lleno, seguramente ya te has preguntado cómo hay personas que pueden comer tan poca cantidad de comida. Sea como sea, este es uno de los secretos de bajar de peso y conseguir mantener el peso ideal; comer pocas cantidades de comida saludable y equilibrada, en intervalos no superiores a 4 horas. ¿Comer poco no es un término que exista en tu vocabulario? Te dejo, a continuación, algunos trucos para aprender a comer menos:
Coma antes de comer. Puede parecer contradictorio, pero es una buena estrategia para evitar comer un plato XXL en la hora del almuerzo. Antes de sentarte a la mesa y disfrutar de tu comida, haga una pequeña merienda 15-30 minutos antes. Coma una manzana, por ejemplo. Las fibras de las frutas dificultan la absorción de grasas y azucares. Así te sentirás mas saciado, comerás menos, ingerirás menos calorías y podrás mantener tu dieta sin sacrificios.
Otra estrategia es optar por un primer plato saludable y bajo en calorías, como una buena ensalada de hojas o una sopa de vegetales. Así, no sentirás tanta hambre en la hora de la comida principal y reducirás un buen porcentaje de las calorías ingeridas.
Llena tu plato, sea el entrante, plato principal y postre, de fibras y alimentos ricos en agua. Prefiera cereales integrales y apuesta en frutas con gran cantidad de agua, como sandia o melón.
El cansancio puede ser el peor enemigo de tu dieta. Muchas veces, cuando nos sentimos agotadas corremos para la nevera en busca de una fuente de placer, que nos haga salir de este estado. Estar cansado puede dar la falsa sensación de hambre, lo que nos hace buscar alimentos más energéticos y calóricos. Cuando estas cansado, no corras a la nevera, corra para la cama.