A pesar de que la dieta mediterránea es muy antigua, los beneficios que aporta a la salud han sido conocidos hace, relativamente, poco tiempo. Incluso ahora siguen habiendo estudios que van aportados más datos sobre los beneficios que este tipo de alimentación aporta a nuestra salud. Es considerada una de las más saludables que existen dentro de la alimentación convencional. Veamos por qué.
La dieta mediterránea previene la obesidad y la diabetes mellitus, enfermedades propias de las sociedades desarrolladas en las que predominan las dietas ricas en azúcares y grasas saturadas. Tiene además propiedades cardioprotectores, fundamentalmente debido al consumo de aceite de oliva virgen, fuente de ácidos grasos insaturados y micronutrientes como los antioxidantes.
Tiene potenciales efectos protectores frente a enfermedades neurodegenerativas, combinada con la actividad física regular, combate el sobrepeso y la obesidad. Además se ha demostrado que la dieta mediterránea reduce en un 50% el riesgo de padecer enfermedades pulmonares siendo especialmente efectiva contra la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, conocida como EPOC.
El uso de la dieta mediterránea en la alimentación es definitiva, aumenta la esperanza de vida al reducir el riesgo de paceder determinadas afecciones, sobretodo las afecciones coronarias y ciertos tipos de cáncer. Ayuda además a prevenir la depresión gracias a su aporte de vitaminas del grupo B y los ácidos grasos Omega-3 que ofrecen protección frente a los trastornos neurológicos.
Los alimentos que constituyen la dieta mediterránea son muy variados. Esta variación es precisamente uno de sus mayores beneficios al incluir gran cantidad de frutas y verduras, de pescados, frutos secos e incluso hierbas medicinales que se combinan de modo exquisito en cada uno de sus platos. Te hacemos una pequeña referencia de las mismas.
- El pan y la pasta, como principal fuente de hidratos de carbono.
- Las frutas, en especial los cítricos como naranjas, limones, manzanas, melones, sandías, higos, uvas…
- Hortalizas como pimientos, zanahorias, cebollas, lechugas, espinacas, coles de bruselas, berenjenas, calabazas, patatas, tomates…E importante también el ajo, presente en casi todas las comidas.
- Los frutos secos, como las nueces y las legumbres, quienes aportan a esta dieta gran cantidad de fibra y antioxidantes.
- El aceite de oliva como principal fuente de grasa.
- El vino, en pequeñas cantidades en las comidas principales.
- El pescado, como sardinas, atún y salmón.
- Especias como tomillo, romero, orégano…
- Uso habitual de la miel.
- Carnes magras y en pocas cantidades. En especial las pertenecientes a las aves de corral.
Características de la dieta mediterránea
- La grasa presente en sus comidas procede básicamente del aceite de oliva, son por tanto grasas adecuadas y beneficiosas.
- Un aporte equilibrado entre en ácidos grasos poliinsaturados(omega-6 y omega-3)
- Es también una dieta rica en antioxidantes naturales: naranjas, limones, verduras…
- Es muy rica en fibra
- Apenas se consume grasa animal, el aporte es muy bajo en comparación con otros países.