La predisposición a convertirse en un adicto a comprar por impulso acostumbra a ser la respuesta a unas carencias emocionales
Entre las causas que mueven a comprar de forma desmesurada no se encuentra la necesidad, sino un descontrol de los impulsos y un pensamiento irracional que surge de una necesidad emocional, de la falta de autoestima, de un vacío o de la imposibilidad de soportar frustraciones y problemas, ha afirmado Messer.
La utilidad tampoco es motivo porque los adictos a las compras no estrenan sus adquisiciones y las acumulan en casa produciéndoles un sentimiento de culpabilidad que les mueve a volver a las tiendas, a veces a escondidas, para quitárselo y sentirse feliz.
«Es un círculo vicioso y una enfermedad muy difícil», ha manifestado la pedagoga, quien imparte cada jueves «el único taller terapéutico en España destinado a compradores compulsivos» en la sede en Málaga de la organización de consumidores Facua.
Respecto a la forma de detectar a los compradores compulsivos, Messer ha declarado que es una «adicción encubierta» porque la persona no reconoce que tiene un problema y ve normal su comportamiento», ya que vive en una sociedad «totalmente consumista».
En cuanto al perfil, la pedagoga ha indicado que afecta más a mujeres que a hombres y que la edad oscila entre los 30 y los 40 años, aunque el auge de las nuevas tecnologías ha originado una nueva clase formada por adolescentes cuya «única forma de ocio es salir a adquirir el último videojuego que ha salido al mercado».
Los coleccionistas son otro colectivo susceptible de caer en esta dependencia -similar al alcohol, las drogas o el juego- ya que se afanan en comprar todos los artículos de una determinada gama de artículos.
El primer paso para poder recibir ayuda, al igual que en el caso de los drogadictos y alcohólicos, es reconocer que se tiene un problema de adicción. Después de este gran avance, acudir a terapia, cancelar todas las tarjetas de crédito y plantearse un presupuesto limitado al mes son algunas claves para iniciarse en el camino de superar dicha adicción.
Desde el entorno, lo importante es estar atento a cualquier cambio de comportamiento inusual. Actualmente muchos adolescentes están cayendo en esta adicción debido al uso incontrolado de las nuevas tecnologías. Conseguir el último videojuego que ha salido o ir a la moda en lo que se refiere a aplicaciones para el móvil también crea la necesidad de comprar compulsivamente. Este mismo caso se puede dar en ciertas personas que se definen como “coleccionistas”, pero que en realidad pueden llegar a dejarse grandes cantidades de dinero por una serie de artículos sin poder permitírselo.