Uno de cada cinco trabajadores europeos tiene que hablar en voz alta para hacerse escuchar y un 7% padece enfermedades auditivas relacionadas con su trabajo.
Las sensaciones sonoras forman parte de nuestra vida cotidiana. Los sonidos que nos rodean pueden ser tan agradables como una melodía, pero también pueden ser tremendamente molestos. Cuando los sonidos son molestos o no deseados, hablamos de ruido.
El ruido constituye una amenaza para nuestra salud que va más allá de la pérdida de audición. Esta amenaza está presente en todos los ámbitos de nuestra vida, incluyendo el ámbito laboral.
Amenaza para el corazón
Uno de los sectores donde el ruido es más evidente es el aeronáutico. Así, basándose en las estadísticas que señalan que en los trabajadores que se exponen a ruidos de aviones en el campo laboral el mayor número de casos con discapacidad responde a patologías cardiacas, investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) decidieron llevar a cabo un estudio que relacionara el ruido como un factor de riesgo para la salud del corazón.
Para ello, analizaron parámetros cardiacos y parámetros psicoacústicos de trabajadores de la aviación militar. Los resultados, publicados recientemente, demuestran que la emisión sonora de baja frecuencia en niveles superiores a 100 dB, en ambientes aeromilitares, causa efectos no auditivos que, al incidir como presión en el cuerpo, pueden producir alteraciones en el corazón sin que los sujetos lleguen a apreciar ningún síntoma. Además, la exposición a estas emisiones provoca modificaciones en el comportamiento que repercuten en las alteraciones cardiacas.
Los problemas auditivos relacionados con el trabajo se dividen en dos tipos:
- Problemas auditivos agudos: Suceden repentinamente, duran un tiempo y luego se restituye y vuelve a la normalidad auditiva, con o sin deterioro. Ejemplo 1: trauma acústico agudo de una docente que consulta porque un alumno le exploto un globo en un oído. En un inicio la persona quedo aturdida y durante un tiempo tiene un trauma acústico agudo que, medido con una audiometría, muestra el deterioro de un oído expuesto a una explosión. Al pasar cuarenta días se mide nuevamente y el problema se soluciono por completo, la audición vuelve a la normalidad.
- Problemas auditivos crónicos: Son aquellos donde se presenta un deterioro progresivo, habrá una evolución en forma negativa. Ejemplo 2: El trauma acústico crónico es frecuente en los trabajadores de la industria metalúrgica, también en los aeronavegantes expuestos a ruidos intensos de la turbina de un avión, sin protección auditiva durante seis horas por día, durante dos meses. Esa es una situación, por los riesgos serios que corren esos órganos. Estos casos probablemente tendrán una lesión permanente y crónica a nivel auditivo.
Entonces, cuando el deterioro de la audición es progresivo los audífonos (aparatos que sirven para escuchar mejor) no sirven. ¿Por qué no sirven? porque lo que se afecta es la discriminación de las palabras, es decir, el entendimiento de las mismas, como un parlante que satura y hace un ruido de acople. Según el especialista, este problema no se puede solucionar.
¿Cómo se mide el sonido?
La intensidad del sonido se mide en decibeles (db), la escala corre entre el mínimo sonido que el oído humano pueda detectar (0 db), y el sonido más fuerte (más de 180 db) el ruido de un cohete durante un lanzamiento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considerada a los 50 db como el límite superior deseable
Para tener una idea, un susurro mide 30 decibeles y una conversación normal mide 60 decibeles. En decibeles, un incremento de 10 significa que el sonido es 10 veces más intenso o potente. Esto es dos veces más fuerte para el oído. El sonido de la sirena de una ambulancia mide 120 decibeles, lo que es casi 1 trillón (el 1 seguido de 18 ceros) de veces más intenso que el sonido más débil que los oídos pueden escuchar.
Los investigadores que estudian la pérdida de audición en el trabajo han hallado que una persona que está expuesta a niveles de ruido de 85 decibeles o más por un período de tiempo prolongado corre el riesgo de sufrir pérdida de audición. Por esta razón, se requiere a estos trabajadores que usen protectores de auditivos, mientras trabajan. Hoy día muchos aparatos que usan los niños tienen niveles de ruido muy por encima de 85 decibeles. Por ejemplo, un reproductor personal de música MP3 tiene un nivel máximo de cerca de 105 decibeles. Ese nivel es 100 veces más intenso que 85 decibeles. Los científicos recomiendan que no se exponga a sonidos mayores de 100 decibeles por más de 15 minutos sin tener protector de oídos. Además, la exposición constante a sonidos de 110 decibeles por más de un minuto sin protección aumenta el riesgo de pérdida permanente de audición.
Señales de alerta
Sus oídos pueden ser el mejor sistema de alerta contra los ruidos que podrían llegar a ser peligrosos. El ruido es demasiado fuerte cuando:
- Usted tiene que alzar la voz para que alguien que está cerca lo escuche.
- Causa dolor de oídos, se desarrolla un zumbido o silbido en los oídos, así sea temporalmente,
- No escucha como normalmente lo hace, sino hasta varias horas después de alejarse del ruido.